Pisos nuevos sin cocina: por qué cada vez más promociones se entregan así (y qué implica para el comprador)

Cada vez más pisos de obra nueva se entregan sin cocina instalada. No es una casualidad ni una moda pasajera: detrás hay estrategia, costes, normativa y un cambio profundo en cómo se compra vivienda hoy. ¿Es una ventaja o un problema oculto?

Piso de obra nueva sin cocina instalada, una tendencia cada vez más común en promociones inmobiliarias

Cada vez más promociones de obra nueva entregan los pisos sin cocina para reducir costes y permitir mayor personalización.

Entrar en un piso a estrenar y encontrarte un espacio vacío donde debería estar la cocina genera una sensación extraña. El suelo impecable, las paredes recién pintadas… y, sin embargo, ni muebles, ni electrodomésticos, ni siquiera una placa para cocinar. Los pisos nuevos sin cocina ya no son una rareza, sino una realidad cada vez más frecuente en promociones de obra nueva en España.

La pregunta es inevitable: ¿por qué ocurre esto ahora y qué implica realmente para quien compra?



Una decisión que no es casual

Aunque pueda parecer una medida improvisada, entregar pisos nuevos sin cocina responde a una estrategia muy pensada por parte de promotores y fondos inmobiliarios. Por un lado, reduce costes directos de obra, algo clave en un contexto de encarecimiento de materiales y mano de obra. Por otro, acelera plazos de entrega, ya que la cocina suele ser uno de los capítulos más complejos de coordinar.

Además, el promotor evita conflictos habituales con compradores descontentos por calidades, marcas o distribuciones. En la práctica, al no instalar cocina, se eliminan reclamaciones posteriores por un elemento que genera muchas discrepancias.

El cambio en el perfil del comprador

Aquí está una de las claves menos visibles. El comprador de obra nueva en 2025 ya no es siempre una familia que busca “llave en mano”. Cada vez hay más inversores, compradores extranjeros y perfiles que prefieren personalizar la vivienda desde el primer día.

Para muchos de ellos, una cocina estándar instalada por la promotora no es un valor añadido, sino un coste que luego acabarían demoliendo. Por eso, recibir el piso sin cocina instalada les da libertad total para diseñarla a medida, tanto en distribución como en gama de materiales.

Esta tendencia conecta con otro fenómeno del que ya hemos hablado en Habitaro, como el auge de las cocinas integradas en el salón, donde cada decisión estética cuenta desde el inicio.

Sí, es legal. Y este punto suele sorprender. La normativa estatal, incluido el Código Técnico de la Edificación (CTE), no obliga a entregar una vivienda con cocina equipada. Lo que exige es que exista un espacio destinado a cocina, con ventilación, salidas de humos, tomas de agua, saneamiento y electricidad correctamente ejecutadas.

Mientras estas preinstalaciones estén resueltas conforme a normativa, el promotor cumple la ley. De hecho, esta interpretación está alineada con criterios técnicos de colegios profesionales y con lo establecido en la Ley de Ordenación de la Edificación, que puedes consultar en el BOE de forma oficial.

Lo que gana el promotor (y no siempre se cuenta)

Desde el punto de vista inmobiliario, entregar pisos de obra nueva sin cocina instalada tiene ventajas claras:

  • Menor inversión inicial por vivienda.
  • Reducción de incidencias postventa.
  • Mayor facilidad para adaptar el producto a distintos perfiles de comprador.
  • Posibilidad de vender a un precio base más competitivo.

Además, en promociones con precios muy ajustados, la ausencia de cocina permite mantener el precio de salida sin sacrificar márgenes, algo especialmente relevante en grandes ciudades donde el suelo ya absorbe buena parte del coste final.

¿Y qué implica para el comprador en la práctica?

Aquí es donde conviene detenerse. Comprar un piso nuevo sin cocina no es ni bueno ni malo por defecto, pero sí tiene consecuencias económicas y funcionales.

La primera es obvia: tendrás que invertir después. Una cocina completa, incluso de gama media, puede situarse fácilmente entre 8.000 y 15.000 euros, dependiendo de metros, electrodomésticos y calidades. Si no lo has previsto en tu presupuesto inicial, el golpe puede ser considerable.

La segunda es el tiempo. Aunque el piso esté terminado, no es habitable hasta que instales la cocina, lo que puede retrasar una mudanza o el inicio de un alquiler. Esto es especialmente relevante para inversores que buscan rentabilidad inmediata.

Por eso, antes de firmar, conviene analizar si el ahorro inicial en el precio de compra compensa realmente el gasto posterior.

Impacto en la financiación hipotecaria

Un detalle poco conocido es que algunos bancos valoran peor una vivienda sin cocina instalada, ya que no se considera completamente funcional en el momento de la tasación. No suele impedir la hipoteca, pero puede influir en el valor de tasación, algo que afecta directamente al porcentaje financiado.

Aquí es clave hablar con el banco y el tasador antes de cerrar la operación. En Habitaro ya hemos visto casos reales donde el comprador tuvo que aportar más ahorros de los previstos por este motivo.

Revalorización y mercado de segunda mano

A medio plazo, una cocina bien diseñada puede ser un factor de revalorización. De hecho, en mercados muy competidos, una cocina personalizada y de calidad vende mejor que una estándar de promotora.

Sin embargo, si se opta por soluciones demasiado personales o de baja calidad, el efecto puede ser el contrario. Por eso, muchos expertos recomiendan apostar por diseños neutros y funcionales, especialmente si la vivienda se destinará al alquiler o a una futura venta.

¿Qué debes revisar antes de comprar un piso sin cocina?

Antes de decidirte, hay varios puntos clave que conviene comprobar con lupa:

  • Que todas las preinstalaciones estén ejecutadas y documentadas.
  • Que exista salida de humos real y no soluciones improvisadas.
  • Que el espacio permita una distribución lógica sin obras posteriores.
  • Que el presupuesto de cocina esté contemplado desde el inicio.

Si no tienes experiencia, apoyarte en un técnico puede evitar sorpresas. Al final, una cocina mal planificada puede convertirse en una reforma encubierta.



Una tendencia que no va a desaparecer

Todo apunta a que los pisos nuevos sin cocina seguirán ganando peso en los próximos años. No solo por costes, sino porque encajan con una forma distinta de entender la vivienda: más flexible, más personalizable y menos estandarizada.

Eso sí, lo que significa en la práctica es que el comprador debe estar mejor informado que nunca. Porque lo que parece un detalle menor, en realidad, puede marcar la diferencia entre una buena compra y una decisión precipitada.


Preguntas frecuentes

¿Un piso sin cocina se considera vivienda habitable?
Sí, siempre que cumpla la normativa y permita la instalación de una cocina funcional.

¿Es más barato comprar un piso nuevo sin cocina?
Normalmente sí, pero hay que sumar el coste posterior de instalarla.

¿Puedo exigir que la promotora instale la cocina?
Solo si está incluido explícitamente en el contrato de compraventa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *