Cómo afectará la ola de frío prevista para este otoño al consumo energético de los hogares
Cuando llegue la ola de frío anunciada para este otoño, el consumo energético de los hogares españoles podría dispararse. Pero los motivos no son tan obvios como parecen.

Barrio nevado en plena ola de frío que afecta al consumo energético de las viviendas.
Cuando se habla de una ola de frío y consumo energético, solemos pensar automáticamente en “más calefacción y más gasto”. Pero la realidad que se espera para este otoño en España es más compleja. Quizá ya lo hayas notado: los avisos de AEMET son cada vez más frecuentes y los picos de frío llegan de golpe, alterando por completo cómo usamos la energía en casa. Muchos hogares sienten cierta ansiedad anticipada ante la factura de la luz, y es lógico preguntarse: ¿qué impacto real tendrá esta ola de frío en nuestro consumo energético?
La respuesta combina meteorología, hábitos domésticos, inercia térmica y hasta normativa. Y sí, lo que pase en las próximas semanas podría cambiar la planificación energética de miles de familias.
Cómo reaccionan las viviendas españolas ante una bajada brusca de temperaturas
Cuando llega una ola de frío y consumo energético se dispara simultáneamente, pero no siempre al mismo ritmo en todos los hogares. En viviendas antiguas, sin SATE o con aislamientos limitados, la pérdida de calor es tan rápida que obliga a mantener la calefacción encendida más horas. La inercia térmica desaparece en cuanto cae la noche.
Las viviendas con ventanas antiguas experimentan un fenómeno especialmente notable: el aire frío entra por infiltraciones, lo que obliga a compensar con más potencia térmica (Descubre la guía sobre el cambio de ventanas que publicamos en Habitaro). Según datos del IDAE, las infiltraciones pueden incrementar hasta un 25% el gasto en calefacción en episodios de frío extremo.
Esto explica por qué algunos vecinos notan un aumento inmediato en su factura, mientras que otros apenas notan cambios.
Las calefacciones más afectadas por la ola de frío
No todos los sistemas reaccionan igual a la ola de frío y consumo energético. De hecho, algunos resultan más vulnerables a las bajadas bruscas.
Calefacciones de gas natural
El gas sigue siendo uno de los sistemas más sensibles al frío extremo: cuando baja la temperatura exterior, el quemador trabaja más tiempo para alcanzar la temperatura marcada en el termostato. Según Red Eléctrica y Enagás, en los últimos episodios fríos se han registrado picos de hasta el 30% más de demanda.
Bombas de calor y aerotermia
Aunque la aerotermia es eficiente, pierde rendimiento cuando la temperatura exterior cae por debajo de 2–4 °C. Aquí entra en juego el llamado COP. En otoño no se espera un rendimiento dramáticamente bajo, pero sí un ligero incremento del consumo eléctrico. En Habitaro ya analizamos cómo funciona la aerotermia en pisos pequeños, una lectura útil para entender estas diferencias.
Puedes ampliar esta idea en nuestro artículo sobre si merece la pena instalar aerotermia en un piso, donde explicamos cómo se comporta en climas variables y fríos.
Radiadores eléctricos
Son los más afectados. Una ola de frío y consumo energético elevado se traduce en facturas muy altas si el hogar depende de radiadores directos o acumuladores antiguos.
Factores que explicarán el consumo energético este otoño
A veces creemos que el gasto se dispara solo por encender la calefacción, pero la evidencia muestra que hay otros factores determinantes.
1. Choque térmico en viviendas con poca inercia
Cuando la pared está fría, la calefacción debe trabajar más tiempo para “calentar el muro”, no solo el aire. Este efecto es muy notable en fachadas orientadas al norte.
2. Humedad ambiente
Un ambiente más húmedo hace que sintamos más frío. Por eso, en algunas ciudades costeras (como Barcelona, Vigo o Santander), una ola de frío supone mayor consumo energético aunque la temperatura no sea tan baja como en Soria o Burgos.
3. Cambios de hábito
Las familias tienden a:
- Pasar más horas en casa.
- Ducharse con agua más caliente.
- Cocinar más.
- Usar más iluminación por la menor duración del día.
Todo esto incrementa el consumo energético aunque no suba la calefacción.
¿Subirá mucho la factura de luz y gas?
Según las previsiones públicas de la Comisión Europea sobre demanda energética estacional (documento abierto en su web oficial), un descenso acusado de temperaturas provoca incrementos entre el 7% y el 18% en la demanda doméstica. Esto no siempre se traduce en un aumento proporcional del precio, pero la presión sobre la red siempre tiene algún impacto.
En España, la tarifa regulada (PVPC) se ajusta diariamente en función del mercado mayorista, lo que significa que los episodios de frío intenso pueden coincidir con picos de precio. En cambio, las tarifas estables podrían amortiguar el impacto.
Cómo reducir el consumo energético en plena ola de frío
Aquí aparece la parte práctica, esa que todos buscamos cuando toca abrir la factura.
- Baja un grado el termostato. Cada grado supone entre el 6% y el 8% del consumo.
- Cierra infiltraciones. Un burlete de 8 € puede evitar pérdidas térmicas notables.
- Ventila solo 10 minutos. Más tiempo supone enfriar muros y suelos.
- Limpia los filtros de tu bomba de calor. Mejor rendimiento, menos consumo.
- Aprovecha la radiación solar. Cortinas abiertas por el día, cerradas por la noche.
- Revisa las juntas de las ventanas. Una mínima apertura aumenta el gasto de forma sorprendente.
Si tu vivienda sufre especialmente las variaciones de frío, te interesa leer nuestra guía sobre cómo aislar térmicamente una casa antigua sin hacer obra, porque incluye soluciones rápidas que pueden cambiar tu consumo de un mes para otro.
FAQ integradas en el cuerpo del artículo
¿Cuánto puede aumentar el consumo en una ola de frío?
Entre un 10% y un 25% según el tipo de vivienda y sistema de calefacción.
¿La aerotermia consume más cuando hace mucho frío?
Sí, su rendimiento baja, aunque sigue siendo más eficiente que las resistencias eléctricas.
¿Ventilar en invierno aumenta mucho el consumo?
Solo si se hace durante más de 10–15 minutos, porque enfría muros y mobiliario.
¿El gas sube más con el frío que la luz?
Depende del mercado, aunque históricamente el gas es más sensible a picos de demanda.
