Gasoducto Néstor Kirchner Fase II: la licitación internacional que apunta a marzo de 2026
El gasoducto Néstor Kirchner 2026 promete duplicar la capacidad de Vaca Muerta y abrir la puerta a la exportación de gas. Pero la licitación internacional, el financiamiento privado y las dudas sobre su traza convierten a marzo de 2026 en un punto de inflexión: ¿será la obra que cambie el futuro energético argentino o un nuevo capítulo de promesas inconclusas?

Imagen ilustrativa del gasoducto Néstor Kirchner 2026 en su fase II hacia marzo de 2026.
La fase II del Gasoducto Néstor Kirchner 2026, también conocido como Gasoducto Perito Moreno, se perfila como la obra estratégica que definirá el futuro de Vaca Muerta y la política energética argentina. Con una inversión estimada en 2.500 millones de dólares y la meta de alcanzar 40 millones de m³ diarios de transporte, este proyecto promete transformar la matriz energética nacional y abrir la puerta a las exportaciones de gas hacia Brasil y otros mercados, en línea con nuestra cobertura sobre la transición energética en Latinoamérica.
A diferencia de la primera etapa, financiada principalmente con recursos estatales, la segunda fase introduce un modelo de licitación internacional con financiación privada, lo que implica oportunidades y riesgos inéditos para el sector.
El legado de la primera etapa
El gasoducto Néstor Kirchner comenzó a operar en 2023, uniendo Tratayén (Neuquén) con Salliqueló (Buenos Aires). Con una longitud de 573 km, permitió transportar gas desde Vaca Muerta al centro del país, generando un ahorro superior a 2.000 millones de dólares en importaciones de combustibles.
La puesta en marcha de la planta compresora de Salliqueló en 2024 amplió su capacidad, y según datos de Infobae, el sistema ya supera los volúmenes previstos inicialmente.
Este éxito sentó las bases para avanzar hacia la segunda fase, considerada esencial para consolidar la autosuficiencia energética y transformar a Vaca Muerta en plataforma exportadora.
Fase II: traza y características técnicas
El gasoducto Néstor Kirchner 2026, en su segunda fase, tendrá como eje central la ampliación del sistema desde Salliqueló (Buenos Aires) hasta San Jerónimo (Santa Fe). Este trazado oficial busca llevar el gas de Vaca Muerta hasta el Litoral argentino, garantizando el abastecimiento interno y habilitando exportaciones hacia Brasil, un mercado con gran potencial de crecimiento.
La obra contempla más de 500 kilómetros de cañerías con tubos de acero de 36 pulgadas de diámetro y estaciones de medición modernas. La meta es duplicar la capacidad actual del sistema, pasando de 22 millones a 40 millones de metros cúbicos diarios con la incorporación de plantas compresoras.
No obstante, desde 2024 circula la propuesta de una traza en “Y”, que conectaría el gasoducto desde Chacharramendi (La Pampa) hasta La Carlota (Córdoba), para aprovechar infraestructura ya existente del Gasoducto Centro-Oeste. Aunque no es la opción oficial, forma parte de las alternativas técnicas que se analizan por sus potenciales ventajas en costos y tiempos.
Aquí puedes ver una comparación entre ambas opciones de traza del gasoducto Néstor Kirchner 2026:
Característica | Salliqueló – San Jerónimo | Traza en “Y” (La Pampa – Córdoba) |
---|---|---|
Extensión aproximada | +500 km | Similar, con ramales alternativos |
Capacidad proyectada | Hasta 40 MMm³/d con compresión | Potencial similar, aprovechando ductos existentes |
Conexión principal | San Jerónimo (Santa Fe) – acceso al Litoral | La Carlota (Córdoba) – vínculo con Gasoducto Centro-Oeste |
Ventajas | Mayor seguridad de abastecimiento al NEA y Brasil | Menor costo de servidumbres, uso de infraestructura previa |
Desventajas | Requiere más servidumbres nuevas y financiamiento total | Menor claridad regulatoria; aún no oficializada |
Estado actual | Traza oficial confirmada | En evaluación técnica, sin aprobación |
Como se observa, el gasoducto Néstor Kirchner 2026 en su traza oficial ofrece mayor certidumbre de integración con los planes de exportación hacia Brasil, mientras que la variante en “Y” podría reducir costos, pero aún no tiene el respaldo institucional necesario para avanzar.
Un modelo de financiación inédito
La fase II del gasoducto Néstor Kirchner 2026 será la primera gran infraestructura argentina bajo un esquema de participación público-privada.
En este modelo, la empresa adjudicataria deberá obtener financiamiento a partir de los contratos de transporte firmados con productores de gas. El Estado, a través de Energía Argentina (Enarsa), reducirá así su carga fiscal directa.
Este cambio supone una prueba piloto para el futuro de la obra pública en Argentina. Según Reuters, la sostenibilidad del modelo dependerá de la confianza de los inversores en la demanda de gas local y en la estabilidad macroeconómica.
Importancia estratégica para Vaca Muerta
- Escalar la producción no convencional
Vaca Muerta necesita infraestructura de evacuación para mantener su crecimiento. La Fase II será el “pulmón” que permitirá sostener nuevas inversiones en fractura no convencional. - Ahorro de divisas
Al reemplazar importaciones de GNL y combustibles líquidos, Argentina podría llegar a ahorrar más de 5.000 millones de dólares anuales, según estimaciones del sector energético. - Proyección exportadora
La conexión con el Litoral y Brasil abre la puerta a contratos firmes de exportación, del mismo modo que ya analizamos en el caso del hidrógeno verde en Latinoamérica. - Modelo replicable
Si el financiamiento privado prospera, servirá como referencia para futuros proyectos en energía e infraestructura.
En esta línea, un informe de la EIA en 2024 destacó que:
“El Gasoducto Perito Moreno no es solo una obra de transporte: es la llave que permitirá que Vaca Muerta deje de ser un recurso local para convertirse en un motor de exportación regional”. Una afirmación que sintetiza la magnitud del desafío.
Cronograma y licitación internacional
El cronograma oficial contempla los siguientes hitos:
- Licitación internacional: lanzada entre fines de 2024 e inicios de 2025.
- Adjudicación: prevista para el cierre de 2025.
- Inicio de obras: primer trimestre de 2025.
- Puesta en operación: marzo de 2026, siempre que no haya retrasos.
Cabe destacar que la licitación de plantas compresoras (GPM 01/2025) ya se puso en marcha y registró baja concurrencia, con Transportadora de Gas del Sur (TGS) como único oferente en julio de 2025, según Clarín.
Riesgos y desafíos
- Baja concurrencia en licitaciones: limita la competencia y puede elevar costos.
- Dependencia del financiamiento privado: expuesta a tasas internacionales y riesgo país.
- Tiempos de obra: las servidumbres de paso y la provisión de tubos suelen generar demoras.
- Factores políticos y regulatorios: cambios de gobierno o prioridades podrían afectar el proyecto.
- Impacto ambiental y social: la traza deberá cumplir con normas estrictas para minimizar conflictos.
Conclusión: ¿qué definirá el Gasoducto Néstor Kirchner en 2026?
La fase II del gasoducto Néstor Kirchner 2026 será decisiva para el futuro energético argentino. Su éxito no dependerá únicamente de la ingeniería, sino de la capacidad del país de atraer inversión privada, cumplir plazos y cerrar contratos de exportación que justifiquen la magnitud de la obra.
Si en marzo de 2026 la infraestructura está operativa, Argentina entraría en una nueva etapa de autosuficiencia y exportación energética, comparable a otros megaproyectos de infraestructura en Latinoamérica, con un impacto que podría ser decisivo en su balanza comercial y en la consolidación de Vaca Muerta como recurso estratégico.
Preguntas frecuentes sobre el Gasoducto Néstor Kirchner 2026
Con las plantas compresoras, la capacidad máxima alcanzará los 40 millones de m³ diarios.
La Fase I fue financiada mayoritariamente por el Estado y unió Neuquén con Buenos Aires. La Fase II sumará financiación privada y ampliará la red hasta Santa Fe.
Es el mes proyectado para la entrada en operación de la Fase II, siempre que se cumplan los plazos de obra y financiamiento.
Es la principal fuente de gas no convencional de Argentina. Sin infraestructura de transporte, no puede escalar su producción ni exportar excedentes.