¿Por qué en España faltan 700.000 viviendas y qué soluciones se están planteando?
España necesita unas 700.000 viviendas nuevas para cubrir la demanda actual. ¿Cómo se explica esta escasez y qué soluciones están sobre la mesa para 2025 y los próximos años?

España necesita 700.000 viviendas nuevas para equilibrar la oferta y la demanda.
Un déficit histórico: faltan 700.000 viviendas en España
El Banco de España lo ha confirmado: actualmente faltan 700.000 viviendas en España para satisfacer la demanda real. Esta brecha entre oferta y necesidad explica en gran parte por qué los precios han alcanzado máximos históricos, superando los 2.093 €/m² según datos recientes publicados por El País,
Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Y lo más importante, ¿qué soluciones se están planteando para resolver un problema que afecta a millones de familias, a los jóvenes que buscan emanciparse y a inversores que miran con atención el mercado español?
Factores que explican la escasez de vivienda
La falta de vivienda nueva no responde a un único motivo, sino a la combinación de varios factores estructurales:
- Lentitud administrativa. Los trámites urbanísticos y licencias de obra en España superan con frecuencia los 18 meses, lo que frena a los promotores.
- Escasez de suelo urbanizable. En grandes ciudades como Madrid o Barcelona, el suelo disponible es limitado y caro, lo que encarece la construcción.
- Costes de materiales y mano de obra. El sector de la construcción arrastra un déficit de personal cualificado y precios al alza en acero, cemento y transporte.
- Viviendas turísticas y segunda residencia. Aunque recientemente se han retirado más de 53.000 pisos turísticos ilegales de plataformas de alquiler (Economic Times), la presión del turismo sigue tensionando el mercado en ciudades como Barcelona, Valencia o Málaga.
- Demanda creciente. A pesar de la demografía, la llegada de inmigración, el auge de hogares unipersonales y la compra como inversión han disparado la demanda de vivienda.
El impacto: precios disparados y dificultad para acceder
La consecuencia más evidente de que faltan 700.000 viviendas en España es el encarecimiento de la vivienda, tanto en compra como en alquiler. En ciudades como Madrid, Barcelona o San Sebastián los precios ya están en niveles de récord.
Los jóvenes son los más afectados: según el Consejo de la Juventud de España, solo un 16,3 % de los menores de 30 años vive emancipado. La subida de precios del alquiler, junto al endurecimiento de hipotecas, deja a buena parte de esta población fuera del mercado.
Soluciones sobre la mesa: del PERTE de vivienda a la construcción industrializada
Ante esta situación, se han planteado varias medidas que buscan aumentar la oferta de vivienda y aliviar la presión sobre los precios:
- Creación de una empresa pública de vivienda. El Gobierno ha anunciado un proyecto para centralizar la gestión de suelos, promoción de VPO y rehabilitación. Este “PERTE de vivienda” pretende agilizar procesos y mejorar la eficiencia.
- Impulso de la vivienda industrializada. España destinará más de 1.300 millones de euros de fondos europeos a sistemas de construcción modular y prefabricada, que podrían reducir plazos hasta un 60 % (Reuters).
- Colaboración público-privada. Ejemplos como las 423 viviendas protegidas en Arahal (Andalucía) muestran que la cooperación entre administraciones y promotores puede ser clave.
- Regulación de viviendas turísticas. La retirada masiva de pisos turísticos ilegales busca devolver parte del parque al mercado residencial.
- Agilización urbanística. El FMI ha pedido a España acelerar licencias y liberar suelo para frenar la escalada de precios.
¿Puede el mercado inmobiliario absorber la demanda?
El sector promotor ve oportunidades, pero también riesgos. CaixaBank Research señala que el mercado inmobiliario español ha entrado en una fase de expansión en 2025, con más hipotecas, demanda activa y subidas de precios. Sin embargo, existe el temor de que esta fase derive en un sobrecalentamiento similar al de 2008.
Además, la presión fiscal sobre la vivienda también influye. Y al mismo tiempo, la nueva ola de viviendas unifamiliares en ciudades medias muestra cómo la demanda se desplaza fuera de los grandes núcleos urbanos.
Por otro lado, la falta de mano de obra cualificada supone un límite objetivo: no basta con invertir, hay que contar con personal y materiales suficientes para levantar esas 700.000 viviendas.
Ejemplos europeos: modelos a seguir
Otros países europeos ofrecen pistas sobre cómo España podría abordar el problema:
- Austria destaca por su parque de vivienda social bien gestionado, con alquileres accesibles y un modelo cooperativo fuerte.
- Países Bajos ha apostado por urbanismo compacto y planificación centralizada del suelo, acelerando plazos y reduciendo la especulación.
- Alemania incentiva la rehabilitación de vivienda existente con ayudas fiscales, una medida que España también está implementando con los fondos Next Generation.
Un reto para el futuro inmediato
La realidad es que faltan 700.000 viviendas en España y no hay una única solución mágica. La combinación de industrialización, regulación de alquiler turístico, cooperación público-privada y un urbanismo más ágil serán esenciales para revertir la situación.
La pregunta que queda en el aire es clara: ¿serán capaces las administraciones y el sector privado de reaccionar a tiempo para evitar que el acceso a la vivienda se convierta en un lujo reservado a unos pocos?
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Cuántas viviendas faltan en España en 2025?
Según el Banco de España, actualmente faltan alrededor de 700.000 viviendas para satisfacer la demanda.
¿Qué consecuencias tiene este déficit?
Principalmente el aumento de precios en compra y alquiler, que dificulta el acceso, sobre todo a los jóvenes.
¿Qué soluciones se plantean?
Construcción industrializada, creación de una empresa pública de vivienda, regulación de pisos turísticos y agilización de licencias.
¿Se está construyendo más vivienda protegida?
Sí, algunas comunidades como Andalucía ya han anunciado promociones de cientos de viviendas públicas, aunque todavía son insuficientes frente a la magnitud del problema.