Estudio geobiológico: la energía invisible que afecta a tu casa (y cómo detectarla)
Cada vez más hogares buscan espacios sanos. Un estudio geobiológico detecta radiaciones naturales y ondas artificiales que atraviesan tu vivienda para mejorar descanso, salud y bienestar con soluciones sencillas.

Representación de zonas energéticas detectadas en un estudio geobiológico doméstico.
¿Alguna vez has sentido que duermes peor en una habitación sin saber por qué? Tal vez tu cuerpo esté percibiendo algo que no ves: radiaciones naturales del terreno o campos electromagnéticos. Un estudio geobiológico analiza esas ondas invisibles para crear viviendas más saludables y equilibradas.
Esta disciplina, base de la bioconstrucción saludable, combina ciencia ambiental, mediciones técnicas y un profundo respeto por el entorno. En países como Alemania o Suiza está integrada en las certificaciones del Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit (IBN) mediante el estándar SBM-2015, que define niveles seguros de exposición en dormitorios y zonas de trabajo.
Qué mide un estudio geobiológico
Un análisis geobiológico evalúa dos tipos de radiaciones: las naturales y las artificiales.
Las naturales provienen del subsuelo. Pueden ser corrientes de agua subterránea, fallas geológicas o emisiones de gas radón, una sustancia natural pero potencialmente peligrosa. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) publica el mapa oficial de potencial de radón en España, con la zonificación por municipios. Si tu casa está en zona de riesgo, medirlo es clave.
Las artificiales, en cambio, se generan dentro del hogar: cableados, transformadores, electrodomésticos o routers wifi. Los límites de exposición a este tipo de radiaciones están regulados por el Real Decreto 1066/2001, que establece valores de seguridad para antenas y sistemas inalámbricos.
En algunos casos, el técnico puede incluir también el estudio de tramas energéticas tradicionales como las líneas Hartmann o Curry, aunque su base científica es limitada y se usan solo como apoyo interpretativo.
Cómo se realiza
El proceso de un estudio geobiológico es meticuloso y combina tecnología avanzada con observación ambiental.
El técnico —generalmente un geobiólogo o consultor en bioconstrucción— mide habitación por habitación con:
- Medidores de campos electromagnéticos para baja frecuencia (50 Hz).
- Analizadores de radiofrecuencia para wifi, 4G o 5G.
- Detectores de radón homologados, siguiendo el Real Decreto 1029/2022, que transpone la Directiva Europea 2013/59/Euratom.
El técnico elabora un mapa de intensidades y entrega un informe de vivienda saludable con las zonas más recomendables para dormir, trabajar o colocar dispositivos eléctricos. En algunos casos se emplean pinturas o mallas apantallantes para reducir la exposición, siempre con instalación profesional y toma de tierra adecuada.
Qué beneficios ofrece
Un estudio geobiológico aporta medidas simples que pueden mejorar mucho el confort y la calidad del sueño:
- Reubicar la cama fuera de zonas de radiación elevada.
- Instalar desconectores automáticos que cortan la corriente eléctrica mientras dormimos.
- Usar conexión por cable y apagar el wifi por la noche.
- Medir y mitigar la presencia de radón, especialmente en zonas clasificadas por el CSN.
Si las concentraciones de radón superan los 300 Bq/m³, el Plan Nacional contra el Radón recomienda soluciones como ventilación del forjado sanitario o extracción forzada del subsuelo. Estas técnicas se aplican con asesoramiento técnico y son muy eficaces para mantener el aire interior limpio.
Cuándo conviene hacerlo
Conviene realizar un estudio geobiológico antes de comprar o reformar una vivienda, ya que permite detectar posibles zonas de conflicto. También es recomendable en casas con teletrabajo intensivo, dormitorios en sótano o si se observan problemas de descanso persistente.
En muchas ocasiones, ajustar la ubicación de la cama o cambiar un punto de enchufe basta para notar la diferencia.
Normativa y estándares
Aunque no existe una ley específica que regule la geobiología, sí hay marcos técnicos complementarios. El Real Decreto 1066/2001 regula la exposición a ondas electromagnéticas, mientras que el RD 1029/2022 define los niveles de radón permitidos en viviendas y centros de trabajo.
Por su parte, el SBM-2015 del IBN recomienda niveles mucho más bajos, aplicando el principio de precaución.
Quién lo realiza y cuánto cuesta
El estudio lo realiza un geobiólogo o consultor en bioconstrucción con formación técnica y equipos calibrados. El coste depende del tamaño de la vivienda, pero suele rondar entre 250 y 600 euros. En edificios de nueva construcción, los arquitectos especializados en vivienda saludable pueden incorporar el análisis geobiológico al diseño inicial, junto con estrategias como el aislamiento térmico natural o la ventilación cruzada.
En Habitaro ya hemos explicado cómo aislar térmicamente una casa antigua sin hacer obra o vivir sin gas en casa con energía 100% eléctrica; ambas mejoras se complementan perfectamente con un estudio geobiológico, porque reducen emisiones, mejoran la eficiencia y crean entornos más equilibrados.
También puedes combinarlo con tecnologías activas: nuestro artículo sobre las 10 tecnologías para ahorrar energía en tu vivienda en 2025 explica cómo automatizar consumos sin aumentar la carga electromagnética.
Una inversión en salud invisible
Lo que distingue a un estudio geobiológico es su visión integral: no busca eliminar toda radiación, sino equilibrar el entorno vital. En la práctica, ayuda a mejorar el descanso, la concentración y el confort térmico, con cambios pequeños pero muy eficaces.
En un futuro donde la vivienda será cada vez más tecnológica, entender cómo interactúa la energía invisible con nuestro cuerpo será tan importante como la eficiencia energética o la calidad del aire.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Un estudio geobiológico es científico?
La parte instrumental (CEM y radón) sí lo es, y está regulada por normativa oficial. Otras capas —como las redes geomagnéticas— son interpretativas y se usan como complemento orientativo.
¿Puedo hacer yo la medición?
Existen detectores domésticos de radón avalados por el CSN, pero para campos electromagnéticos es recomendable contar con un profesional.
¿Cada cuánto tiempo se repite?
Cada 4-5 años o tras una reforma eléctrica o cambio de mobiliario importante.