Latinoamérica duplica al mundo en energías limpias: el dato que sorprende
Latinoamérica ya produce más del 60 % de su electricidad con energías limpias, el doble del promedio mundial. ¿Cómo logró convertirse en líder global y qué países marcan el rumbo de esta transición?

Imagen generada por IA de energías limpias en Latinoamérica.
Latinoamérica se ha consolidado como líder global en generación eléctrica renovable. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA) y el último informe de Ember publicado en junio de 2025, Latinoamérica ya genera un 65 % de su electricidad con energías limpias, una cifra que duplica el promedio mundial y refleja un avance constante en la transición energética. Este hito refleja no solo la abundancia de recursos naturales —hidroeléctricos, solares y eólicos—, sino también el creciente impulso político y social hacia una transición energética en Latinoamérica que busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y consolidar un modelo sostenible.
¿Por qué Latinoamérica lidera en energías limpias?
La hidroelectricidad ha sido históricamente la columna vertebral de la matriz eléctrica regional. Países como Brasil, Colombia y Paraguay cubren más del 60 % de su electricidad con represas, mientras que en naciones como Uruguay la combinación de hidro, solar y eólica permite superar el 90 %.
De acuerdo con el centro de investigación Ember (junio 2025), en 2024 la región alcanzó un récord del 65 % de generación limpia, gracias al repunte de la energía solar y eólica en países como Brasil, Chile y México. De esa cifra, un 41 % correspondió a hidroeléctrica, un 17 % a eólica y solar, y un 7 % a otras renovables como biomasa y geotermia. Este dato supera con creces el promedio mundial del 41 %, confirmando que las energías limpias en Latinoamérica avanzan más rápido que en otras regiones.
Tabla comparativa: generación renovable en Latinoamérica vs. promedio mundial
La apuesta por la energía solar y eólica
En la última década, la región ha diversificado su matriz más allá de la hidroeléctrica. Chile, por ejemplo, lidera la instalación de parques solares en el desierto de Atacama y recientemente aseguró un financiamiento de 247 millones de dólares para la planta solar Domeyko con almacenamiento energético, como detallamos en Habitaro en el artículo sobre la planta solar Domeyko en Chile.
México, por su parte, impulsa grandes proyectos de termosolar y eólica en el Istmo de Tehuantepec, un avance que explicamos en nuestro análisis sobre la energía termosolar en México. Estas iniciativas refuerzan la diversificación y colocan a la región en el mapa de la innovación energética global.
El impulso no pasa desapercibido a nivel internacional. De acuerdo con el World Economic Forum, Latinoamérica y el Caribe tienen un notable potencial energético, ya que producen el doble de electricidad limpia que el promedio mundial y concentran algunos de los recursos solares y eólicos más competitivos del planeta.
Este 2025, Bloomberg Línea destacó que Brasil superó por primera vez los 40 GW de capacidad instalada en solar fotovoltaica, mientras que Colombia avanza en sus primeros parques eólicos offshore en La Guajira, consolidando el liderazgo renovable de la región.
Ventajas competitivas y retos
El liderazgo regional en energías limpias se explica por una ventaja comparativa única: abundante potencial renovable, baja intensidad de carbono en la generación eléctrica y cercanía a mercados estratégicos. Sin embargo, persisten desafíos como:
- Variabilidad hidrológica por sequías prolongadas, que afectan a países dependientes de la hidroeléctrica como Brasil y Chile.
- Dependencia de inversión extranjera para proyectos solares y eólicos, lo que limita la autonomía financiera.
- Barreras regulatorias en algunos países para la conexión de renovables a la red.
Aun así, analistas de Reuters señalan que la región está llamada a desempeñar un rol clave en la transición global, especialmente con el auge del hidrógeno verde en Chile y la expansión de la energía eólica en Colombia, donde proyectos como los de La Guajira comienzan a generar un fuerte impacto social y económico.
Impacto económico y social
El liderazgo en energías limpias en Latinoamérica no solo fortalece la seguridad energética, también genera beneficios económicos y sociales tangibles:
- Empleos verdes en construcción, operación y mantenimiento de parques solares, eólicos e hidroeléctricos.
- Atracción de inversión extranjera, con multinacionales apostando por proyectos de gran escala en Chile, Brasil, México y Colombia.
- Reducción de emisiones, que posiciona a la región como socio estratégico en acuerdos climáticos internacionales.
Además, proyectos de energía comunitaria están transformando la vida de comunidades rurales e indígenas. Como destaca The Guardian, la energía comunitaria está iluminando América Latina gracias a la instalación de paneles solares que reemplazan generadores diésel. Estos ejemplos demuestran que la transición energética no solo es un proceso tecnológico, sino también una oportunidad para construir justicia social y sostenibilidad local.
Más allá de la electricidad: integración con otros sectores
El impacto de las energías limpias en Latinoamérica trasciende la generación eléctrica. La región está explorando cómo estas fuentes pueden transformar sectores estratégicos como el transporte, la industria y la construcción. Proyectos de movilidad eléctrica en ciudades como Santiago de Chile o Ciudad de México, combinados con el desarrollo de barrios inteligentes en Latinoamérica, marcan una nueva etapa de integración urbana y sostenibilidad.
De igual manera, países como Uruguay y Argentina están evaluando la producción de hidrógeno verde como vector energético para exportar a Europa y Asia, lo que abriría una nueva era de cooperación internacional y generación de divisas a partir de recursos limpios.
Conclusión: el futuro de las energías limpias en Latinoamérica
La región no solo es rica en recursos naturales, sino que también está logrando transformar su matriz energética. Que más del 65 % de la electricidad en 2024 proviniera de energías limpias en Latinoamérica, según datos publicados en 2025, marca un precedente histórico: el continente duplica el promedio mundial y confirma su papel como referente global.
La clave será mantener la inversión, reducir la dependencia de los fósiles y aprovechar el auge solar, eólico e hidrógeno para consolidar una matriz aún más diversificada. Con estas bases, Latinoamérica puede convertirse en el ejemplo de que la transición energética no es una utopía, sino una realidad en marcha.
Preguntas frecuentes sobre energías renovables en América Latina
Uruguay encabeza el ranking, con más del 90 % de su electricidad de fuentes limpias, seguido por Costa Rica, Paraguay y Brasil.
Sigue siendo la fuente principal, aportando alrededor del 41 % de la electricidad regional, aunque su dependencia está siendo compensada por solar y eólica.
Porque mientras Latinoamérica genera entre un 60 y un 65 % de su electricidad con renovables, el promedio global apenas llega al 30–41 %.
La IEA proyecta que alcanzarán dos tercios del total, impulsadas por inversiones en solar, eólica e hidrógeno verde.