Colombia brilló con récord solar en 2024… ¿y cierra 2025 con un freno regulatorio?

Colombia cuadruplicó su energía solar en 2024, pero 2025 cierra con un debate regulatorio que podría frenar el boom renovable.

Energía solar en Colombia en 2025 con crecimiento récord y debate regulatorio

Parque solar. Foto de American Public Power Association en Unsplash.

El récord histórico que marcó 2024

El año 2024 quedó registrado como un hito para la energía solar en Colombia. El país cuadruplicó su capacidad instalada de fuentes no convencionales de energía renovable (FNCER), alcanzando los 1.871 MW. De ellos, 1.756 MW entraron en operación y 115 MW se encontraban en pruebas técnicas, según cifras de SER Colombia.

La expansión fue impulsada por 33 proyectos solares de gran escala, que aportaron alrededor de 1.410 MW. Además, la autogeneración y la generación distribuida sumaron más de 215 MW, consolidando un mercado que ya no depende únicamente de la hidroelectricidad.

Este salto posicionó a Colombia como uno de los países más dinámicos de Latinoamérica en energía fotovoltaica. Empresas como Zelestra inauguraron un parque solar de 144 MW en Córdoba y anunciaron una cartera de 1,5 GW en el país, mientras que Celsia proyectó la entrada de 300 MW solares adicionales en 2025.

La sensación era de optimismo. Sin embargo, el final de 2024 y el desarrollo de 2025 estuvieron marcados por decisiones regulatorias que han generado inquietud en el sector.


2025: el año de la regulación energética

El cambio más significativo llegó con la Resolución CREG 101-066 de 2024, que redefinió el precio de escasez. Para plantas de bajo costo, como hidroeléctricas y solares, se fijó en $359 COP/kWh.

La intención era clara: proteger a los usuarios de picos tarifarios y moderar la volatilidad en la Bolsa de Energía. Y en parte funcionó: en marzo de 2025, el precio spot cayó más de un 60 %, hasta los $236 COP/kWh en promedio.

Pero esa reducción de precios tuvo un efecto colateral. Muchos proyectos solares habían estructurado su rentabilidad contando con ingresos mayores del mercado spot. Como alertó El Tiempo, al menos 3.000 MW renovables podrían tener problemas para cerrar su financiación bajo las nuevas reglas.

El panorama se complicó aún más con la publicación de un borrador de decreto del Ministerio de Minas y Energía, revelado por Portafolio. La propuesta buscaba reducir del 20 % al 5 % el porcentaje de energía que los generadores renovables podían vender en la Bolsa. El resto debía ir a contratos de largo plazo.

El Gobierno defendió la medida como una forma de dar estabilidad tarifaria, pero analistas advirtieron que podía reducir la liquidez del mercado spot y encarecer los contratos de suministro. Como ya señalamos en nuestro análisis sobre la transición energética en Latinoamérica, el gran riesgo es que medidas bien intencionadas terminen ralentizando la expansión de la energía renovable.”

Tal como señaló la exministra María Fernanda Suárez en una entrevista con El Tiempo:

“Colombia debe enviar señales claras: si queremos atraer capital verde, necesitamos reglas estables y de largo plazo”.


Impacto directo en la inversión

Las nuevas condiciones regulatorias no llegaron en un vacío. Coincidieron con un momento de gran dinamismo en el sector, con inversiones en marcha y compromisos internacionales de descarbonización.

  • Zelestra, compañía española, mantiene su plan de 1,5 GW en Colombia, pero ya advirtió que la rentabilidad de sus proyectos depende de reglas predecibles.
  • Celsia confirmó que en 2025 invertirá hasta 900.000 millones de pesos en proyectos solares, aunque admitió que el escenario regulatorio será determinante para cumplir sus metas.
  • Ecopetrol, a través de la compra del parque eólico Windpeshi en La Guajira, se ha convertido en actor clave de la transición energética. El proyecto de 205 MW avanza, pero su cronograma enfrenta la misma incertidumbre.

La tensión es evidente: mientras el Gobierno busca proteger al usuario, los inversionistas reclaman estabilidad para no frenar la construcción de nueva capacidad.


Colombia en el radar internacional de la transición energética

El crecimiento de la energía solar en Colombia no pasó desapercibido en 2025. La Agencia Internacional de Energía (IEA) destacó que el país “se ha convertido en un referente emergente de diversificación energética en América Latina”, mientras que la ONU subrayó el papel de la energía fotovoltaica en la reducción de emisiones.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también ha señalado que la estabilidad normativa será esencial para que Colombia atraiga financiamiento climático en condiciones competitivas. Estas valoraciones refuerzan la idea de que la transición energética colombiana no es solo un tema local. También está vinculada a compromisos globales de descarbonización y a la oportunidad de captar fondos internacionales destinados a proyectos verdes.


Impacto social y empleo generado

El boom solar de 2024–2025 tuvo un fuerte componente social. Según estimaciones de gremios energéticos, la construcción y operación de plantas solares generó más de 11.000 empleos directos e indirectos en el país. Estos puestos de trabajo se concentraron en departamentos como Córdoba, Cesar y La Guajira, regiones con altos índices de desempleo estructural.

Además del empleo, el despliegue solar ha tenido un impacto positivo en la cadena de proveedores locales, que participan en actividades como montaje, mantenimiento y servicios eléctricos. Sin embargo, los gremios advierten que una desaceleración en la inversión afectaría directamente a estas comunidades.


Comparación regional: Chile y Brasil como espejo

El debate colombiano no ocurre en el vacío. En Latinoamérica, otros países enfrentaron dilemas similares.

  • Chile ha apostado por subastas de largo plazo con contratos de hasta 20 años. Este esquema ofrece precios estables y reduce la exposición de los usuarios a la volatilidad, pero mantiene incentivos para atraer inversión privada.
  • Brasil, con más de 30 GW solares instalados en 2025, combina incentivos fiscales con un mercado libre dinámico. La coexistencia de contratos bilaterales y un spot líquido ha permitido un crecimiento sostenido.

Colombia podría aprender de estas experiencias para encontrar un equilibrio. Limitar demasiado la exposición al mercado puede dar estabilidad a corto plazo, pero también reducir el atractivo para nuevos capitales.


Perspectivas 2026: ¿qué viene para la energía solar en Colombia?

De cara a 2026, el Gobierno ha anunciado nuevas subastas de contratos de largo plazo para consolidar la matriz renovable. El objetivo es añadir entre 1.500 y 2.000 MW de capacidad adicional hacia 2028.

El reto será garantizar que esas subastas se perciban como mecanismos transparentes y estables. Si logran atraer inversión extranjera, Colombia podría mantener la curva ascendente iniciada en 2024. Pero si persisten las dudas regulatorias, los proyectos podrían frenarse, poniendo en riesgo la meta de alcanzar más del 20 % de participación renovable en la matriz eléctrica antes de 2030.


Conclusión: 2025 cierra con luces y sombras para la energía solar en Colombia

El balance es claro. Colombia brilló en 2024 al multiplicar por cuatro su capacidad solar, pero cierra 2025 con incertidumbre regulatoria. La introducción del nuevo precio de escasez y el intento de limitar la participación en la Bolsa de Energía marcan un punto de inflexión.

El país tiene potencial de superar los 4.000 MW renovables hacia 2030, pero para lograrlo necesita combinar protección al usuario con señales claras para los inversionistas.

Si en 2026 el Gobierno ajusta el marco regulatorio con subastas transparentes y contratos firmes, el auge solar podrá mantenerse. De lo contrario, el freno de 2025 podría convertirse en un lastre para el futuro energético del país.


Preguntas frecuentes sobre energía solar en Colombia

¿Cuánto creció la energía solar en Colombia en 2024?

El país cuadruplicó su capacidad respecto a 2023, alcanzando 1.871 MW de renovables no convencionales, de los cuales más de 1.600 MW fueron solares.

¿Qué pasó en 2025 con la regulación?

Se fijó un precio de escasez de $359 COP/kWh para plantas renovables y se propuso limitar al 5 % su participación en la Bolsa de Energía. Estas medidas redujeron la volatilidad, pero generaron dudas entre inversionistas.

¿Qué proyectos están en riesgo?

Analistas estiman que al menos 3.000 MW de proyectos renovables podrían tener dificultades para cerrar financiación si se mantienen las reglas actuales.

¿La energía solar en Colombia seguirá creciendo después de 2025?

Sí, aunque dependerá de ajustes regulatorios. Empresas como Zelestra, Celsia y Ecopetrol mantienen planes ambiciosos, pero advierten que necesitan marcos claros y predecibles.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *