MIT y la revolución de los drones e IA en eficiencia energética

Tecnologías de drones e IA en eficiencia energética que permiten diagnosticar pérdidas de calor y optimizar la rehabilitación de edificios.
Los edificios esconden fugas de energía que no se ven a simple vista. Aunque puedan parecer menores, esas pérdidas se traducen en miles de euros cada año y generan emisiones evitables. Lo sorprendente es que hoy ya existen tecnologías capaces de revelar estos fallos como si el edificio pasara por una resonancia magnética. Y esta nueva forma de diagnosticar inmuebles, impulsada desde el MIT, está empezando a transformar por completo la manera en que gestionamos el mantenimiento y la eficiencia energética.
Cómo los drones e IA en eficiencia energética están redefiniendo el diagnóstico de edificios
La combinación de drones e IA en eficiencia energética permite analizar un edificio con un nivel de detalle que hace apenas unos años resultaba impensable. Estos sistemas, desarrollados a partir de investigaciones del Massachusetts Institute of Technology (MIT), funcionan como un escáner avanzado capaz de detectar puentes térmicos, fugas de aire o deficiencias en la envolvente mediante cámaras termográficas, sensores ópticos y algoritmos de visión por computadora. Esta misma tecnología también ha sido aplicada con diferentes enfoques en construcción, como ya explicamos en Habitaro en nuestro análisis sobre el uso de drones en topografía y ejecución de obra.
La startup Lamarr.AI, creada por investigadores vinculados al MIT, ha llevado este concepto a la práctica comercial. Su sistema realiza inspecciones automatizadas con enjambres de drones que sobrevuelan fachadas y cubiertas para obtener imágenes térmicas de alta resolución. A partir de ahí, modelos de IA procesan la información y reconstruyen el edificio en 3D, identificando exactamente dónde se producen las pérdidas de energía y cuál es su impacto económico. Según MIT News, esta tecnología es capaz de cuantificar cuántos dólares se pierden al año por una cubierta mal aislada o qué ahorro conseguiría un propietario al sustituir ventanas ineficientes.
Inspecciones rápidas, precisas y seguras
Una de las ventajas más claras de esta aproximación es la rapidez. Mientras que una auditoría energética tradicional puede durar días, las inspecciones automatizadas con drones se completan en cuestión de minutos. El uso de visión artificial permite analizar grandes volúmenes de datos sin intervención humana, logrando resultados más objetivos y reduciendo el margen de error.
Este sistema también mejora la seguridad. Ya no es necesario que técnicos accedan a zonas de difícil alcance, como cornisas o cubiertas inclinadas. Los drones realizan ese trabajo sin riesgos, y la IA procesa después los datos para generar un modelo térmico continuo de toda la envolvente del edificio.
Además, estos análisis se integran con herramientas avanzadas de lenguaje, capaces de elaborar informes técnicos que priorizan cada intervención según su retorno de inversión. Esto facilita que los gestores de propiedades tomen decisiones fundamentadas, algo especialmente útil en contextos normativos cada vez más exigentes en materia de eficiencia energética.
Quien quiera profundizar en usos más amplios de la inteligencia artificial en construcción, mantenimiento y presupuestos puede consultar todos los artículos publicados en Habitaro en este ámbito.
De la investigación del MIT a la práctica profesional
Gran parte de esta tecnología nace de líneas de investigación del MIT orientadas a ciudades inteligentes y optimización energética. Al aplicar visión computacional y aprendizaje automático al análisis de edificios, los investigadores encontraron una forma de automatizar tareas que históricamente eran manuales y lentas. Gracias a ello, el equipo de Lamarr.AI ha conseguido trasladar estos avances al mercado, donde ya trabajan con empresas de gestión de activos, estudios de arquitectura y servicios urbanos de distintas ciudades norteamericanas.
La introducción de drones e IA en eficiencia energética no solo detecta fallos, sino que permite priorizar intervenciones. Por ejemplo, el sistema puede mostrar que corregir un puente térmico concreto tiene un impacto tres veces mayor que mejorar el aislamiento de otro punto del edificio. Este tipo de recomendaciones con respaldo económico y energético es clave para optimizar inversiones en rehabilitación.
La adopción de estas tecnologías coincide, además, con nuevas regulaciones de eficiencia que obligan a reducir emisiones y mejorar el rendimiento energético de edificios existentes. En muchas ciudades estadounidenses, los propietarios deben presentar planes de descarbonización, y herramientas como las desarrolladas por Lamarr.AI son un apoyo directo para cumplir estas exigencias. La propia Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) detalla en su Energy Star Portfolio Manager la importancia de diagnosticar y corregir pérdidas de energía para mejorar la calificación de un edificio.
Qué aporta esta tecnología al sector inmobiliario y a la construcción
El uso combinado de drones, sensores y modelos de IA representa un cambio de paradigma para el sector. No solo mejora la eficiencia energética, sino que permite anticipar patologías estructurales, evaluar el estado real de un edificio y planificar mantenimientos de forma predictiva. Y lo más relevante: genera datos objetivos que ayudan a justificar inversiones y a seleccionar las actuaciones con mayor impacto.
Los gestores de inmuebles pueden incorporar estos diagnósticos en sus estrategias de mantenimiento a largo plazo. Y para los inversores, esta información supone una ventaja crucial: un edificio con un rendimiento energético medido, diagnosticado y optimizado resulta más atractivo, más barato de operar y más resiliente ante futuras regulaciones.
En este sentido, la convergencia entre automatización y eficiencia energética refuerza la transición hacia un parque edificatorio más sostenible. Además, permite que la tecnología se adapte tanto a edificios residenciales como terciarios o industriales, ampliando su alcance y acelerando la digitalización del sector.
El futuro: modelos energéticos más precisos y decisiones más inteligentes
Es evidente que herramientas como Lamarr.AI marcan el camino hacia inspecciones más rápidas, económicas y precisas. En un contexto donde los edificios representan alrededor del 40 % del consumo energético global, según datos del Departamento de Energía de EE. UU. disponer de análisis automatizados tiene un impacto directo en los objetivos climáticos de cada país.
A medida que avance la normalización de estos sistemas, veremos modelos más complejos capaces de integrar datos climáticos, simulaciones energéticas dinámicas y escenarios de optimización que se ajusten a cambios en el uso del edificio. La combinación de drones, sensores y algoritmos será una aliada clave para mejorar la eficiencia sin necesidad de intervenciones intrusivas.
En definitiva, la aportación del MIT y de plataformas como Lamarr.AI está demostrando que un diagnóstico preciso puede transformar la manera en que entendemos el mantenimiento, la rehabilitación y la sostenibilidad de nuestros edificios.
¿Qué ventajas ofrecen los drones e IA en eficiencia energética?
Permiten detectar pérdidas de energía, fugas de aire y deficiencias en la envolvente del edificio con rapidez y precisión, reduciendo costes y mejorando la seguridad en inspecciones.
¿El uso de drones sustituye a las auditorías energéticas tradicionales?
No las sustituye por completo, pero aporta información más detallada y acelera el diagnóstico, facilitando decisiones de rehabilitación energética con mayor fundamento técnico.
¿Cómo contribuye esta tecnología a la descarbonización?
Identifica los puntos donde un edificio pierde más energía, permitiendo priorizar intervenciones que reducen consumo, emisiones y costes operativos.
¿Qué papel juega el MIT en esta innovación?
El MIT ha impulsado la investigación en visión por computadora y modelos energéticos que han dado lugar a soluciones como Lamarr.AI, hoy aplicadas por gestores de propiedades en EE. UU.
¿Es aplicable a edificios residenciales y comerciales?
Sí. La tecnología se adapta a múltiples tipologías, desde vivienda colectiva hasta oficinas o industria ligera, ajustando el análisis a la geometría de cada inmueble.
