México enfrenta crisis eléctrica mientras crecen los parques industriales por el nearshoring
“México lidera el nearshoring, pero su sistema eléctrico se tambalea. ¿Podrá sostener el ritmo industrial sin apagar la luz?”

Parques industriales en expansión en el norte de México, epicentro de la crisis eléctrica 2025. Imagen generada por IA.
El auge industrial que vive México gracias al nearshoring está tensionando un sistema eléctrico que no crece al mismo ritmo. En 2025, el país enfrenta una crisis eléctrica México 2025 que amenaza con frenar el impulso de los nuevos parques industriales.
La CFE reconoce que la demanda energética crece más rápido de lo previsto, sobre todo en el norte y el Bajío. La expansión de fábricas, centros logísticos y desarrollos urbanos está empujando la red eléctrica a su límite.
“La electricidad se ha convertido en el nuevo cuello de botella del desarrollo industrial mexicano”, advierte El País en su reciente reportaje sobre la escasez energética.
El auge industrial que sobrepasa la capacidad eléctrica nacional
En 2025, México se ha consolidado como el principal receptor de inversión manufacturera de Norteamérica, con más de 120 000 millones de dólares comprometidos en plantas de automoción, electrónica y bienes de consumo. Sin embargo, el crecimiento no ha ido acompañado de una expansión proporcional de la infraestructura eléctrica.
Los estados de Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Querétaro y Guanajuato concentran la mayoría de los nuevos desarrollos industriales. En estas zonas, la CFE enfrenta severas limitaciones en capacidad y transmisión. Muchas líneas están saturadas y las subestaciones operan casi al máximo.
De acuerdo con La Silla Rota, el nearshoring ha incrementado de forma significativa la presión sobre la red eléctrica nacional, especialmente en los corredores industriales del norte. Esta crisis eléctrica México 2025 ha obligado a muchas empresas a instalar paneles solares y sistemas de respaldo para mantener su producción estable.
Desde el punto de vista ambiental, el desafío es doble: mantener el ritmo industrial y cumplir con los compromisos de reducción de emisiones. Aunque México ha incorporado proyectos de energía solar y eólica, el peso de las centrales térmicas de gas sigue siendo predominante. La dependencia de combustibles fósiles limita la estabilidad del sistema ante eventos climáticos extremos.
Los nuevos proyectos de generación y su impacto ambiental
La CFE planea añadir 4,5 GW de capacidad antes de 2027. Se construirán plantas de ciclo combinado y proyectos solares en el norte. Sin embargo, Monterrey Eléctrico advierte que la velocidad de construcción de nuevas plantas y líneas de transmisión es insuficiente frente a la demanda del nearshoring.
El Gobierno federal ha anunciado medidas para evitar apagones masivos, pero expertos señalan que los retrasos regulatorios y la falta de inversión privada siguen comprometiendo el suministro.
Los parques solares de Sonora y Durango se perfilan como proyectos clave para aliviar la presión sobre el sistema. No obstante, enfrentan retrasos por trámites ambientales y conflictos locales. Además, su aportación intermitente plantea el reto de integrar almacenamiento energético a gran escala, un mercado aún incipiente en México.
El impacto ambiental de esta expansión no es menor. La construcción de nuevas plantas térmicas, líneas de alta tensión y subestaciones implica una huella ecológica considerable, especialmente en zonas desérticas del norte. Diversas organizaciones, como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), subrayan la necesidad de equilibrar el crecimiento industrial con una transición energética ordenada y sostenible.
Zonas más afectadas: Bajío, norte y frontera
El mapa eléctrico mexicano refleja una clara desigualdad regional. Mientras el sur del país mantiene superávit de generación, los estados del Bajío, norte y frontera enfrentan déficit de suministro. Esta situación ha provocado apagones intermitentes y reducción de voltaje en áreas con alta concentración de parques industriales.
En Guanajuato y Querétaro, la instalación de nuevas líneas de transmisión avanza con lentitud. Los parques logísticos dependen de la energía proveniente de estados vecinos. En el norte, donde se ubican los principales centros de exportación hacia Estados Unidos, el riesgo de saturación de la red es cada vez mayor.
Los parques industriales de Santa Catarina y Apodaca (Nuevo León) —epicentro del fenómeno del nearshoring— ya operan con restricciones de capacidad eléctrica. Los desarrolladores industriales alertan de que, sin ampliación inmediata de la red, México podría perder competitividad frente a Texas o Colombia, donde la infraestructura eléctrica avanza más rápido.
En paralelo, el crecimiento de infraestructuras digitales, como centros de datos, agrava la presión sobre el sistema. Según el análisis publicado por Habitaro en “Centros de datos en Latinoamérica: el nuevo motor de la construcción digital”, el consumo energético de este sector aumentará un 30 % anual en la región, con México como principal receptor de inversiones.
Innovación y soluciones tecnológicas ante la crisis eléctrica México 2025
Ante la crisis eléctrica México 2025, distintos sectores industriales están acelerando la adopción de tecnologías que permitan optimizar el consumo energético y reducir la presión sobre la red nacional. En los parques industriales de Monterrey, Tijuana y León, algunas empresas están incorporando microredes inteligentes que combinan paneles solares, baterías de litio y software de gestión en tiempo real. Este modelo permite mantener operaciones continuas incluso durante cortes o picos de demanda.
La energía distribuida y el almacenamiento industrial se están convirtiendo en pilares estratégicos para el nearshoring. Según Enel México, integrar renovables en la manufactura es ya una prioridad para las empresas exportadoras, que buscan reducir costes y mejorar su huella de carbono.
Los expertos coinciden en que México debe digitalizar su red eléctrica para mejorar la eficiencia y anticipar fallos. Iniciativas como el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE Digital) prevén incorporar inteligencia artificial para equilibrar generación y demanda por región.
Si estos proyectos se consolidan, el país podría transformar la actual crisis eléctrica México 2025 en una oportunidad tecnológica y sostenible.
También desde el sector de la construcción surgen respuestas. En Habitaro, el artículo “Economía circular en la construcción: reciclar materiales y reducir residuos” destaca cómo la gestión eficiente de recursos y energía en edificaciones puede aliviar la presión sobre la red eléctrica y fomentar prácticas industriales más sostenibles.
Conclusión: energía y nearshoring, una ecuación urgente para México 2025
La crisis eléctrica México 2025 se ha convertido en una prioridad nacional. El país lidera la reubicación industrial en América Latina, pero su red eléctrica no acompaña ese crecimiento. Si México no amplía su generación y transmisión con inversión pública y privada, los apagones industriales podrían dañar su reputación internacional.
El desafío es claro: energía y nearshoring deben avanzar juntos. México necesita una transición energética rápida, limpia y equilibrada para garantizar la competitividad de su nueva economía industrial. El futuro del país depende, literalmente, de mantener la luz encendida.
Preguntas frecuentes (FAQ): crisis eléctrica México 2025
El Gobierno federal, a través de la CFE, anunció un plan de expansión de infraestructura que incluye nuevas plantas de ciclo combinado, proyectos solares en el norte y la modernización de la red de transmisión. También se prevé aumentar la participación del sector privado mediante esquemas de generación distribuida y almacenamiento energético.
El nearshoring ha multiplicado la demanda energética en los polos industriales del norte y Bajío. La llegada de nuevas fábricas, centros logísticos y tecnoparques exige ampliaciones inmediatas de la red, que hoy se encuentra al límite.
Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato y Querétaro son los estados con mayor tensión eléctrica, debido al rápido crecimiento industrial y a la insuficiencia de la infraestructura de transmisión.
La expansión de la red eléctrica genera impactos locales —ocupación de suelo, emisiones y afectación a ecosistemas—, aunque algunos proyectos solares buscan compensarlo con programas de reforestación y eficiencia energética.