Costes indirectos en obra: la partida invisible que marca la rentabilidad

Costes indirectos: el factor clave que impacta la rentabilidad de tu proyecto
Los costes indirectos en una obra representan una parte esencial del presupuesto, aunque a menudo se mantienen ocultos. No se imputan directamente a tareas específicas, pero son imprescindibles para que el proyecto avance sin contratiempos. Si no se gestionan adecuadamente, pueden comprometer la rentabilidad y viabilidad de cualquier obra.
¿Qué son y por qué son relevantes?
Los costes indirectos son aquellos gastos que no se asignan a una partida concreta, pero son necesarios para asegurar el funcionamiento de la obra. Incluyen desde sueldos de supervisión hasta iluminación en obra, logística y servicios generales. Su efecto se experimenta tanto antes como después de la fase de construcción.
Aunque no afectan directamente el proceso constructivo, influyen de forma directa sobre los resultados financieros, pudiendo reducir márgenes si no se calculan con precisión.
Distribución orientativa de los costes indirectos en una obra
A continuación se presenta una estimación profesional desglosada de un 15 % de costes indirectos sobre el coste directo de una obra:
- Personal no productivo: ingenieros, jefes de obra, administrativos y coordinadores (4,5–6,0 %).
- Instalaciones temporales: casetas, sanitarios, vallado, generadores y telecomunicaciones (2,25–3,0 %).
- Seguridad y permisos: seguros, vigilancia, licencias, inspecciones y garantías (1,5–2,25 %).
- Equipos y herramientas menores: amortización o alquiler de maquinaria auxiliar (0,75–1,5 %).
- Servicios provisionales: agua, luz, telecomunicaciones (0,75–1,5 %).
- Consultores externos: honorarios de arquitectos, ingenieros, estudios técnicos, peritos (0,75–1,5 %).
- Oficinas y gastos centrales: Telecomunicaciones, suministros, alquiler de oficina central (0,75–1,5 %).
- Reservas e imprevistos: fondo para contingencias derivadas de clima, retrasos (0,75–1,5 %).
Este desglose ayuda a comprender cómo se estructura esa parte invisible que muchas veces no se valora correctamente.
Notas importantes
- Esta distribución es orientativa, basada en obras de edificación y urbanismo de tamaño medio.
- En obra pública o en proyectos industriales, los costes de permisos y técnicos especializados pueden ser superiores.
- En construcciones industrializadas, los costes en instalaciones provisionales y herramientas tienden a reducirse.
- Es recomendable usar estas proporciones como base de arranque, ajustándolas según seguimiento real y naturaleza del proyecto.
Estrategias para gestionarlos eficazmente
- Presupuesto inicial transparente, clasificando partidas indirectas con claridad.
- Seguimiento diario en obra, usando herramientas ERP, BIM o software especializado.
- Aprovechamiento de sinergias, compartiendo recursos y servicios entre proyectos.
- Formación del equipo, incentivando la responsabilidad del personal en el control de costes.
- Revisión y ajuste periódico, corrigiendo desviaciones conforme se avanza la obra.
- Implementación de soluciones digitales, que ofrecen trazabilidad y control integrado.
Conclusión
Los costes indirectos no son un complemento: son una pieza esencial del presupuesto real de cualquier obra. Su gestión estratégica —basada en previsión, control, formación y digitalización— permite asegurar la rentabilidad, mejorar la competitividad y construir con inteligencia económica.
Controlarlos no solo es una ventaja, es una necesidad en entornos donde cada euro cuenta y donde la eficiencia operativa es clave para el éxito de cualquier promotora o constructora.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Qué porcentaje es habitual utilizar para los costes indirectos?
Entre el 10 % y el 35 %, siendo el 15–20 % el rango más frecuente para proyectos estándar.
¿Cómo se diferencian de los costes directos?
Los costes directos están ligados a tareas específicas (ejecución, materiales), mientras que los indirectos son generales y necesarios para el funcionamiento del proyecto completo.
¿Cómo se reparten los costes indirectos entre varias obras?
Usando criterios como dedicación de horas, recursos compartidos, uso de instalaciones o personal común.
¿Qué sucede si no se calculan correctamente?
Un mal cálculo puede producir graves desviaciones presupuestarias, poner en riesgo los márgenes o incluso provocar pérdidas. Es una de las principales causas de desequilibrios financieros en el sector construcción.