México refuerza su soberanía energética: Sheinbaum inaugura una central de ciclo combinado en Querétaro

La inauguración de una central de ciclo combinado en Querétaro no es solo una nueva planta eléctrica: forma parte de una estrategia mucho más ambiciosa que busca reforzar la soberanía energética, sostener el crecimiento industrial del Bajío y redefinir el papel del Estado en el sistema eléctrico nacional.

Central de ciclo combinado en Querétaro inaugurada por Claudia Sheinbaum

La central de ciclo combinado en Querétaro refuerza la capacidad eléctrica nacional con generación eficiente.

La política energética de México ha entrado en una fase claramente operativa. La inauguración de una central de ciclo combinado en Querétaro, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, no es un gesto simbólico ni una fotografía institucional más: es la materialización de una estrategia que busca reforzar la generación pública, mejorar la eficiencia del sistema eléctrico y reducir vulnerabilidades estructurales en regiones industriales clave.

La nueva planta, operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), aporta 269 MW al Sistema Eléctrico Nacional y se integra en un plan de alcance sexenal que contempla hasta 60 centrales eléctricas y 26.000 MW adicionales de capacidad instalada. En un contexto marcado por el crecimiento industrial, la presión sobre la red y el debate sobre soberanía energética, el proyecto de Querétaro se consolida como una pieza estratégica del nuevo modelo eléctrico mexicano.


Una central de ciclo combinado para una región en plena expansión

La planta, conocida como El Sauz II, se ubica en el estado de Querétaro, uno de los principales polos industriales y logísticos del país. El Bajío se ha convertido en la última década en un motor económico nacional, concentrando inversiones en automoción, manufactura avanzada, aeroespacial, logística y tecnologías asociadas al nearshoring.

Este dinamismo tiene una consecuencia directa: la demanda eléctrica crece a mayor ritmo que la media nacional. Parques industriales, nuevas plantas productivas y servicios tecnológicos requieren energía continua, estable y de calidad. En este escenario, la puesta en marcha de una central de ciclo combinado en Querétaro responde a una necesidad estructural: evitar cuellos de botella energéticos que frenen el desarrollo económico regional.

A diferencia de otras zonas del país con menor presión industrial, el Bajío necesita generación firme local para reducir dependencia de líneas de transmisión saturadas y minimizar riesgos ante picos de consumo o contingencias operativas.


Datos clave de la nueva central de ciclo combinado en Querétaro

Según información oficial difundida por la Comisión Federal de Electricidad, la central presenta las siguientes características principales:

  • Capacidad instalada: 269 MW
  • Tecnología: ciclo combinado a gas natural
  • Operador: CFE
  • Función principal: refuerzo del suministro eléctrico regional
  • Objetivo estratégico: sustituir generación menos eficiente y reducir riesgos de desabasto

La planta se suma a otros proyectos recientes impulsados por la empresa estatal dentro de un proceso de renovación del parque generador, que busca retirar centrales antiguas, con altos costes operativos y mayores emisiones, y sustituirlas por infraestructuras más modernas y eficientes.


El plan energético de fondo: 60 centrales y 26.000 MW

La inauguración de la central de ciclo combinado en Querétaro no es un caso aislado. Forma parte de una hoja de ruta energética claramente definida, en la que el Estado recupera protagonismo directo en la generación eléctrica.

De acuerdo con el análisis sectorial publicado por Mexico Business News, el Gobierno federal se ha comprometido a desarrollar hasta 60 centrales eléctricas y sumar alrededor de 26.000 MW de nueva capacidad durante el sexenio.

Este plan persigue varios objetivos simultáneos:

  • Reforzar la seguridad de suministro en regiones de alta demanda
  • Reducir la dependencia de infraestructura privada en nodos críticos
  • Sustituir plantas obsoletas y con baja eficiencia
  • Acompañar el crecimiento industrial y urbano sin comprometer estabilidad

En términos prácticos, 26.000 MW suponen una expansión relevante del sistema, comparable a añadir varios sistemas eléctricos regionales completos dentro de un solo sexenio.


Reforma constitucional y nuevo equilibrio del sistema eléctrico

El proyecto de Querétaro se inscribe también en el nuevo marco constitucional aprobado en 2024, que redefine el papel del Estado en el sector energético. La reforma establece que al menos el 54 % de la generación eléctrica debe estar en manos de la CFE, mientras que el 46 % restante corresponde a la iniciativa privada.

Desde el Ejecutivo, este esquema se presenta como una garantía de soberanía energética, asegurando que el control del sistema eléctrico permanezca en manos públicas. Desde un punto de vista técnico, implica una mayor responsabilidad operativa para la CFE y una planificación más centralizada de la expansión del sistema.

Este cambio de equilibrio marca un giro respecto a décadas anteriores, en las que la inversión privada asumía una parte creciente del crecimiento de la capacidad instalada.


Por qué el ciclo combinado sigue siendo clave en la transición energética

Aunque el debate energético suele centrarse en las energías renovables, el ciclo combinado sigue desempeñando un papel central en sistemas eléctricos complejos como el mexicano. Sus ventajas técnicas explican por qué continúa siendo una tecnología estratégica:

  • Alta eficiencia térmica, muy superior a la de plantas de combustóleo o carbón
  • Flexibilidad operativa, capaz de responder rápidamente a picos de demanda
  • Menor impacto ambiental frente a tecnologías fósiles más antiguas
  • Función de respaldo para sistemas con alta penetración renovable

En la práctica, estas centrales actúan como infraestructura puente: permiten avanzar en la transición energética sin comprometer la estabilidad del sistema. Este enfoque se alinea con otros análisis publicados en Habitaro sobre la transición energética en Latinoamérica, donde se subraya que la descarbonización debe ser técnicamente viable y socialmente sostenible.


Los límites del modelo: lo que una central no resuelve

Aun siendo estratégica, una central de ciclo combinado no es una solución total. Existen límites estructurales que el propio Gobierno deberá gestionar:

  • Dependencia del gas natural, parte del cual sigue siendo importado
  • Capacidad de transmisión, que en algunas regiones sigue siendo un cuello de botella
  • Riesgos de concentración, si la expansión no se acompaña de diversificación tecnológica

Estos factores explican por qué la soberanía energética es un proceso gradual, no un estado inmediato. La central de Querétaro mejora la posición del sistema, pero no elimina todos los riesgos asociados al modelo energético actual.


Impacto económico y territorial

Más allá de la generación eléctrica, la central tiene un impacto directo en la competitividad del territorio. Durante su construcción y operación genera empleo directo e indirecto, dinamiza servicios auxiliares y refuerza la confianza inversora.

En regiones como el Bajío, este tipo de infraestructuras resulta especialmente relevante para actividades intensivas en consumo eléctrico, como los centros de datos en Latinoamérica, cuya expansión depende de la disponibilidad de energía firme, continua y de calidad.

La ecuación es clara: sin energía suficiente no hay desarrollo industrial sostenible.


Conclusión: una pieza clave del nuevo modelo energético

La central de ciclo combinado en Querétaro no es solo una nueva planta de 269 MW. Es una pieza clave del nuevo modelo energético mexicano, en el que el Estado recupera protagonismo, la eficiencia técnica gana peso y la energía se consolida como un factor estratégico para el desarrollo económico.

El verdadero desafío no es inaugurar infraestructuras, sino mantener la ejecución sostenida del plan energético anunciado. Si el ritmo se mantiene y se acompaña de inversión en redes y diversificación tecnológica, México podría reforzar de forma significativa su autonomía energética en los próximos años.


Preguntas frecuentes sobre la central de ciclo combinado en Querétaro

¿Qué es una central de ciclo combinado?

Es una instalación que genera electricidad usando gas natural y reaprovechando el calor residual para producir energía adicional, aumentando la eficiencia.

¿Cuánta energía aporta la central de ciclo combinado en Querétaro?

Aporta 269 MW al Sistema Eléctrico Nacional, reforzando el suministro en el Bajío.

¿Por qué el Gobierno apuesta por este tipo de centrales?

Porque ofrecen alta eficiencia, menor impacto ambiental y sirven de respaldo a la integración de energías renovables.

¿La central de ciclo combinado en Querétaro sustituye a las renovables?

No. Actúa como infraestructura complementaria, garantizando estabilidad mientras crece la generación limpia.

¿Habrá más proyectos similares en México?

Sí. El plan federal contempla 60 centrales y 26.000 MW adicionales durante el sexenio, con la CFE como actor principal.

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