Barcelona 2026: así cambiará la ciudad tras el fin de las supermanzanas

Así se transforman las calles de Barcelona tras abandonar el modelo de supermanzanas
Barcelona 2026 se prepara para un giro urbano trascendental. El modelo de las supermanzanas, implantado durante la última década para priorizar al peatón y reducir el tráfico, será revisado o incluso revertido parcialmente tras el cambio de gobierno municipal. Este nuevo escenario abre el debate sobre el futuro del espacio público, la movilidad y el urbanismo táctico en la capital catalana.
El fin de las supermanzanas: ¿cambio de paradigma o ajuste técnico?
La red de supermanzanas (o superilles) ha transformado barrios como el Eixample, Sant Antoni o Poblenou, convirtiendo calles en zonas peatonales con vegetación, mobiliario urbano y espacio para la vida comunitaria. Sin embargo, el nuevo consistorio ha anunciado en 2025 una revisión del modelo, alegando problemas de movilidad, oposición vecinal y falta de consenso técnico.
Aunque no se plantea una eliminación total, sí se esperan reformas importantes: reintroducción de tráfico rodado en algunas calles, modificación del sentido de circulación y rediseño de elementos urbanos. Esto podría afectar tanto a la experiencia peatonal como a los objetivos climáticos que inspiraron el modelo inicial.
Movilidad en Barcelona 2026: nuevo equilibrio entre coche, bici y peatón
Uno de los mayores retos de Barcelona en 2026 será gestionar la movilidad en una ciudad densa y diversa. Con la retirada parcial de las supermanzanas, se abre la puerta a una mayor presencia del vehículo privado, lo que ha generado críticas por parte de entidades ecologistas y colectivos vecinales.
A la vez, se están estudiando nuevas medidas de compensación como:
- Ampliación de la red de carriles bici en avenidas secundarias.
- Modernización del transporte público metropolitano (bus eléctrico, tranvía, metro).
- Creación de zonas de carga y descarga para fomentar la logística sostenible.
Este nuevo enfoque busca un equilibrio entre accesibilidad, sostenibilidad y dinamismo económico.
Impacto en el espacio público: entre la revitalización y el retroceso
La posible desaparición de elementos clave de las supermanzanas, como bancos, jardineras o zonas de juegos, ha despertado preocupación sobre el uso social del espacio público. Muchos urbanistas defienden que estos espacios han mejorado la salud, la convivencia y el atractivo de los barrios.
El Ayuntamiento ha prometido mantener zonas de bajo tráfico y peatonalizaciones selectivas, pero también plantea un modelo más flexible y adaptable por barrio, lo que podría aumentar las desigualdades urbanas.
Barcelona 2026: oportunidades para un nuevo modelo urbano
Aunque el fin del modelo original de supermanzanas supone un punto de inflexión, también representa una oportunidad. Barcelona puede liderar un nuevo enfoque de urbanismo inclusivo, que combine:
- Participación vecinal real.
- Datos abiertos sobre movilidad y uso del espacio.
- Equidad territorial.
- Soluciones basadas en la naturaleza.
Ciudades como París, Milán o Copenhague también están adaptando sus estrategias. El mundo mirará hacia Barcelona en 2026 para ver si logra reinventar su espacio urbano sin renunciar a la sostenibilidad ni a la cohesión social.
Preguntas frecuentes (FAQ)
No. Se plantea una transformación del modelo, no una eliminación total. Algunas calles recuperarán tráfico y otras mantendrán la peatonalización.
Se espera una mayor presencia del coche privado, pero también inversiones en bici y transporte público.
No necesariamente. Cada zona será evaluada individualmente.
Esa es una de las grandes incertidumbres. El reto es mantener los logros climáticos sin perder funcionalidad urbana.