Por qué tu casa no se calienta aunque gastes más en calefacción (la causa suele ser invisible)
Subes el termostato, la caldera trabaja más… y aun así sigues con frío. La explicación casi nunca está en “poner más calefacción”, sino en cómo se escapa el calor.

Cuando el calor se escapa por ventanas y cerramientos, subir el termostato no mejora el confort.
Hay un momento muy concreto en muchas casas: te acercas al radiador, notas que “quema”… y, sin embargo, el salón sigue helado. Entonces haces lo lógico: subes un grado la calefacción. Y otro. Y otro. La factura sube, pero el confort no llega.
Si te está pasando, la respuesta a por qué tu casa no se calienta aunque gastes más en calefacción suele ser incómoda: no es un problema de potencia, es un problema de pérdidas. Dicho de otra manera: estás intentando llenar una bañera con el tapón quitado.
La escena que lo explica todo: calientas el aire, pero se te va por otra parte
La calefacción no “calienta habitaciones”, calienta aire y superficies. Si la vivienda tiene puntos débiles, ese calor sale por:
- ventanas mal selladas, cajas de persiana y carpinterías antiguas,
- puentes térmicos (pilares, frentes de forjado, encuentros de fachada),
- falsos techos o cajones que comunican con cámaras frías,
- infiltraciones (rendijas, persianas, enchufes en fachada),
- y, muy a menudo, por una combinación de todo lo anterior.
Por eso, cuando te preguntas por qué tu casa no se calienta aunque gastes más en calefacción, la pista no suele estar en la caldera… sino en la envolvente del edificio. El propio marco normativo del ahorro de energía en edificios (CTE, Documento Básico HE) gira precisamente alrededor de limitar demanda y controlar pérdidas.
Señal nº1: “La casa se calienta… pero se enfría en minutos”
Esto es típico de viviendas con:
- baja inercia térmica efectiva (mucho aire, poca masa “útil” caliente),
- y fugas de calor importantes.
Prueba rápida (sin herramientas):
- Pon calefacción 30–40 min.
- Apágala y mide “sensación” 15 min después.
Si el cambio es brutal, tu casa no retiene.
Qué suele funcionar de verdad:
- sellado de infiltraciones (burletes, tapas, ajuste de cierres),
- cortinas térmicas bien colocadas (sin tapar radiadores),
- y, sobre todo, mejorar los puntos críticos: ventanas y cajas de persiana.
Si estás en modo reformas, te interesa enlazar esto con Errores que encarecen una reforma sin darte cuenta: muchas “soluciones” se compran dos veces por no atacar primero la demanda.
Señal nº2: el termostato marca 21ºC… pero tú sigues con frío
Aquí entra una verdad poco popular: la temperatura del aire no lo es todo. El confort depende también de la temperatura radiante media (paredes frías = sensación fría, aunque el aire esté “bien”).
Esto pasa en viviendas con fachada poco aislada o con puentes térmicos fuertes. El aire se calienta, sí, pero las superficies “chupan” energía y te devuelven frío.
Pista visual:
- Pared “fría al tacto”,
- zonas donde aparece moho o manchas,
- esquinas con condensación.
En estas casas, la calefacción puede ir “a tope” y aun así la experiencia es mala. Y así vuelves a la pregunta: por qué tu casa no se calienta aunque gastes más en calefacción. Porque estás calentando aire… en una caja con paredes frías.
Señal nº3: radiadores muy calientes, estancias descompensadas
Otra escena habitual: el dormitorio se vuelve sauna, el pasillo está helado y el baño es un iceberg.
Suele deberse a:
- mal equilibrado hidráulico (radiadores sin ajustar),
- aire en circuitos, lodos o falta de mantenimiento,
- malas ubicaciones (muebles delante, cortinas encima, rejillas tapadas),
- o control deficiente (un termostato en un lugar que no representa el resto de la casa).
Mini checklist que suele mejorar mucho sin obra:
- purgar radiadores,
- revisar presión y funcionamiento,
- comprobar que no están tapados,
- y usar control por zonas si es viable.
El error que dispara el gasto: subir grados “para compensar”
Cada grado cuenta. No por moralina, sino por física y economía: subir el setpoint aumenta consumo y no siempre arregla el problema de fondo. En la “Guía Práctica de la Energía” del IDAE se menciona como regla orientativa que por cada grado de aumento puede incrementarse el consumo alrededor de un 7% (dependiendo del caso).
Además, el IDAE tiene recomendaciones de ahorro energético en hogares (hábitos y uso eficiente de climatización).
Lo que significa en la práctica es que, si tu casa pierde calor, subir el termostato es pagar más por la misma fuga.
Cómo calentar una casa sin gastar más: la estrategia que sí funciona
Si quieres aplicar cómo calentar una casa sin gastar más en serio, piensa en capas:
1) Sellar lo que se “escapa” (alto impacto, bajo coste)
- burletes en carpinterías,
- sellado de cajas de persiana (cuando es posible),
- tapar entradas de aire parásitas (sin bloquear ventilación necesaria).
2) Mejorar los puntos débiles (inversión con retorno)
- ventanas: no siempre hace falta “la mejor del mercado”, pero sí buena instalación y buen vidrio,
- aislamiento donde tenga sentido (fachadas, trasdosados, techos bajo cubierta),
- tratar puentes térmicos si hay rehabilitación.
El marco técnico de instalaciones térmicas (RITE) pone el foco en eficiencia y mantenimiento de sistemas, pero si la envolvente es mala, el sistema “trabaja de más”.
3) Controlar bien la calefacción (sin vivir “a merced” del termostato)
- programa por horarios reales,
- evita calentar cuando no estás,
- reduce temperatura por la noche,
- y evita picos agresivos.
4) Ordenar el aire interior (sí, también influye)
- humedad muy baja o muy alta afecta la sensación de confort,
- ventila de forma corta e intensa (no “ventanita todo el día” en invierno),
- si hay condensación, revisa puentes térmicos y ventilación.
El “punto ciego” que te está robando calor: la caja de persiana
Si tuviera que apostar por un único culpable frecuente, elegiría este: cajas de persiana sin aislamiento, con rendijas y con el registro “abierto” al frío. Muchas viviendas pierden calor por ahí como si tuvieran una ventana siempre entreabierta.
No siempre se ve, pero se nota:
- corriente cerca de la ventana,
- cortina que “se mueve”,
- zona fría en el dintel.
Preguntas frecuentes (FAQ) integradas
¿Por qué mi casa no se calienta aunque los radiadores estén muy calientes?
Porque el calor se está yendo por infiltraciones, ventanas, cajas de persiana o paredes frías (puentes térmicos). La potencia no compensa pérdidas.
¿Qué es más rentable: cambiar caldera o cambiar ventanas?
Depende, pero si la vivienda tiene muchas pérdidas, suele ser más rentable reducir demanda (ventanas/sellados/aislamiento) antes de “meter más máquina”.
¿A qué temperatura poner la calefacción para ahorrar?
Como orientación general, muchos consejos de eficiencia apuntan a rangos moderados y a ajustar por uso real; el IDAE ofrece guías prácticas de hábitos y ahorro en hogares.
¿Cómo sé si tengo puentes térmicos sin cámara térmica?
Observa esquinas frías, condensación localizada, moho recurrente o zonas “heladas” aunque el aire esté caliente.
Y si hoy solo te quedas con una idea: cuando te preguntes por qué tu casa no se calienta aunque gastes más en calefacción, no imagines una caldera pequeña. Imagina una casa que “respira” por rendijas y paredes frías. Tapas esa fuga… y, de repente, el calor deja de ser un lujo.
