La vuelta de las persianas tradicionales frente a las motorizadas: ¿moda o decisión inteligente?

Durante años parecían cosa del pasado. Sin embargo, las persianas tradicionales vuelven a instalarse en viviendas nuevas y reformas, incluso frente a las motorizadas. ¿Qué está pasando realmente?

Persianas tradicionales manuales frente a persianas motorizadas en una vivienda moderna

Las persianas tradicionales vuelven a ganar protagonismo frente a las motorizadas por su fiabilidad y bajo mantenimiento.

Durante años, las persianas tradicionales parecían condenadas a desaparecer. La publicidad, la domótica y el discurso del “hogar inteligente” empujaron a muchos propietarios a sustituirlas por modelos eléctricos. Sin embargo, algo curioso está ocurriendo en reformas recientes y viviendas bien pensadas: las persianas manuales están volviendo. Y no por nostalgia.

Cuando la tecnología empieza a cansar

Seguro que lo has visto o incluso lo has sufrido. Una persiana motorizada deja de subir correctamente, el pulsador no responde o el sistema domótico pierde sincronización. De repente, una acción tan básica como oscurecer una habitación se convierte en una llamada al técnico.

Aquí empieza el replanteamiento. Porque, aunque las persianas motorizadas aportan comodidad, también introducen dependencia eléctrica, electrónica y mantenimiento especializado. En cambio, una persiana tradicional funciona hoy igual que dentro de 20 años.



Fiabilidad mecánica frente a complejidad eléctrica

Uno de los grandes argumentos a favor de las persianas tradicionales es su simplicidad técnica. Cinta, eje, lamas y poco más. Esto se traduce en:

  • Menos averías.
  • Reparaciones económicas.
  • Posibilidad de mantenimiento sin técnicos especializados.
  • Funcionamiento garantizado ante cortes de luz.

Por eso, cada vez más arquitectos recomiendan mantener persianas manuales en dormitorios, segundas residencias o viviendas de alquiler, donde la robustez importa más que la automatización.

Mantenimiento: la gran diferencia silenciosa

En la práctica, el coste no está solo en la instalación. Está en lo que ocurre después. Una persiana motorizada puede requerir:

  • Sustitución de motor.
  • Programación electrónica.
  • Integración domótica.
  • Acceso complicado al cajón.

En cambio, el mantenimiento de las persianas tradicionales es previsible, barato y rápido. De hecho, muchos propietarios que han pasado por una reforma integral optan por una solución mixta: motorizadas en zonas comunes y manuales en estancias privadas.

Confort térmico: no todo depende del motor

Existe la creencia de que una persiana eléctrica aísla mejor. Sin embargo, el aislamiento térmico depende del material, el cajón y la estanqueidad, no de si sube con botón o con cinta.

Persianas tradicionales bien ejecutadas, con cajones aislados y lamas de calidad, ofrecen un excelente comportamiento térmico y acústico. De hecho, en viviendas donde se ha mejorado la envolvente, se prioriza la calidad del cerramiento frente al sistema de accionamiento, algo alineado con las recomendaciones del IDAE sobre eficiencia energética en edificios residenciales.

Coste inicial y coste real

Otro factor clave es el presupuesto. Una persiana motorizada puede duplicar o triplicar el coste de una tradicional. Pero lo importante es el coste a lo largo de la vida útil.

En viviendas de alquiler, por ejemplo, muchos propietarios están volviendo a persianas manuales para reducir incidencias, algo que ya hemos analizado en Habitaro al hablar de errores habituales que encarecen una reforma sin darte cuenta. Menos tecnología, en ciertos casos, significa más rentabilidad.

Estética y arquitectura: el regreso de lo discreto

Curiosamente, la estética también juega a favor. En arquitectura contemporánea se valora cada vez más lo discreto, duradero y honesto. Una persiana tradicional bien integrada pasa desapercibida, no necesita pulsadores visibles ni cajas técnicas adicionales.

Además, en rehabilitación de edificios antiguos o protegidos, las persianas manuales encajan mejor con la normativa y la imagen urbana, algo habitual en centros históricos.

¿Significa esto que las persianas motorizadas no valen la pena?

No exactamente. Las persianas motorizadas siguen teniendo sentido en:

  • Ventanales de gran tamaño.
  • Viviendas con criterios de accesibilidad.
  • Sistemas de control solar automatizado.
  • Casas domóticas bien mantenidas.

La clave está en no instalar tecnología por inercia, sino por necesidad real. Y eso explica por qué las persianas tradicionales están viviendo una segunda vida.



Lo que muchos propietarios están redescubriendo

La realidad es sencilla: una vivienda confortable no depende solo de botones y apps. Depende de soluciones que funcionen siempre, incluso cuando todo lo demás falla. Por eso, la vuelta de las persianas tradicionales no es una moda pasajera, sino una respuesta práctica a años de sobretecnificación doméstica.

Y, curiosamente, cuanto más sabemos de construcción y uso real de las viviendas, más valoramos aquello que simplemente funciona.


Preguntas frecuentes integradas

¿Las persianas tradicionales aíslan menos que las motorizadas?
No. El aislamiento depende del material y del cajón, no del sistema de accionamiento.

¿Se pueden combinar persianas manuales y eléctricas en una misma vivienda?
Sí, y de hecho es una solución cada vez más habitual en reformas bien planificadas.

¿Qué opción es mejor para un piso de alquiler?
En la mayoría de casos, las persianas tradicionales por menor mantenimiento y coste.


Si estás valorando una reforma o un cambio de cerramientos, quizá la decisión no sea tan obvia como parecía. A veces, volver a lo simple es avanzar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *