El país avanza hacia un estándar nacional para reducir el consumo energético y afrontar olas de calor más intensas.

El giro climático que Colombia no puede seguir ignorando

Colombia prepara una reforma que transformará la forma de diseñar y construir vivienda en el Caribe, los Llanos, Santander y el Tolima. El Gobierno estudia hacer obligatorias las viviendas bioclimáticas en Colombia para reducir el consumo eléctrico y evitar apagones. En estas regiones, el calor extremo deja de ser excepcional. Las familias dependen cada vez más del aire acondicionado y la demanda energética crece sin control.

La propuesta busca que las nuevas edificaciones incorporen ventilación cruzada, sombras profundas, materiales locales de baja inercia y techos con aislamiento térmico. Todo ello se enmarca en el impulso regulatorio que ya abrió la Resolución 0194 de 2025 sobre construcción sostenible y en las herramientas lanzadas por el Ministerio de Vivienda para orientar viviendas adaptadas al clima, recogidas en la nota oficial:

“Colombia lanza herramientas para orientar la construcción de viviendas dignas, sostenibles y adaptadas al clima”.

En este contexto, hablar de viviendas bioclimáticas Colombia deja de ser un concepto académico para convertirse en un posible estándar obligatorio en los territorios más expuestos al calor extremo.

Por qué se plantea la obligatoriedad bioclimática en clima cálido

La discusión no surge de la nada. En 2025 el país vivió picos históricos de temperatura en ciudades como Montería, Valledupar, Villavicencio y Honda. El aumento en la demanda eléctrica presionó las redes regionales y reavivó el temor a apagones.

En paralelo, estudios publicados en la Revista de Arquitectura (Bogotá) demostraron que gran parte de la vivienda social levantada en climas cálidos en Colombia presenta confort térmico deficiente, incluso en horas de la mañana. El artículo científico “Confort térmico en vivienda social multifamiliar de clima cálido en Colombia” documenta cómo la envolvente ligera, la ausencia de sombras y la mala orientación obligan a las familias a recurrir a ventiladores y aire acondicionado para alcanzar mínimos de habitabilidad. Revista de Arquitectura

Estas conclusiones conectan con trabajos de la Universidad Pontificia Bolivariana, que validan estrategias pasivas como aleros profundos, patios ventilados, sombreados dobles y cubiertas ventiladas como mecanismos eficaces para reducir la temperatura interior entre 4 °C y 7 °C. Repositorio UPB

En este escenario, la arquitectura pasiva Colombia deja de ser un plus opcional y pasa a leerse como una herramienta de salud pública y de estabilidad energética.

Qué propone la reforma: hacia una normativa bioclimática Colombia unificada

Aunque la reforma aún no ha sido publicada oficialmente, fuentes del sector apuntan a un nuevo reglamento con tres pilares que consolidarían una auténtica normativa bioclimática Colombia para zonas cálidas:

1. Obligación de ventilación cruzada certificada

Ya no bastaría con ubicar ventanas opuestas. Se exigiría una proporción mínima de área de apertura, junto con cálculos que demuestren que el flujo de aire alcanza niveles suficientes para sustituir, en parte, la ventilación mecánica. Los proyectos tendrían que justificar, desde la etapa de diseño, que la vivienda puede disipar el calor acumulado durante el día.

2. Sombreado estructural obligatorio

La reforma incluiría requerimientos mínimos de sombras proyectadas sobre fachadas expuestas al oeste y cubiertas que garanticen protección en horas de radiación máxima. Las fichas climáticas para climas cálido seco y cálido húmedo que ya difunde MinVivienda servirían como base técnica, reforzadas por la Resolución 0194 de 2025, presentada internacionalmente como un modelo de construcción eficiente. gestornormativo.creg.gov.co

3. Materiales locales y soluciones de baja inercia

El texto en preparación apuesta por materiales como la guadua, el bahareque estructural, los techos ventilados y soluciones con madera certificada. Esta línea converge con casos que ya hemos analizado en Habitaro, como la construcción sustentable con madera en Latinoamérica, donde la madera laminada y otros sistemas industrializados logran estructuras más ligeras, con mejor comportamiento térmico y menor huella de carbono.

Impacto en promotores: ¿sube el costo de construcción?

Uno de los puntos más sensibles es su impacto financiero. Consultoras del sector estiman que aplicar estas estrategias puede aumentar entre un 3% y un 8% el costo inicial de construcción en vivienda nueva. Sin embargo, promotores consultados por Habitaro coinciden en que este “sobrecoste” se compensa rápidamente con tres factores:

• reducción en demanda eléctrica, que hace las viviendas más atractivas para compradores y arrendatarios;
• mejor desempeño térmico, lo que reduce quejas, reclamaciones y necesidad de posventas asociadas a inconfort;
• mayor resiliencia climática, un aspecto que cada vez valoran más aseguradoras e instituciones financieras.

El Consejo Colombiano de Construcción Sostenible ya ha señalado que la Resolución 0194 de 2025 “establece las condiciones que deberán cumplir las edificaciones nuevas para contribuir al ahorro de agua y energía, adaptándose a las características climáticas del país”, en un análisis publicado bajo el título “Colombia da un paso firme hacia la sostenibilidad con nueva normativa para edificaciones eficientes”. CCCS

En paralelo, la Presidencia ha respaldado la norma destacando que MinVivienda ya fija criterios obligatorios de ahorro de agua y energía en todas las edificaciones nuevas del país, tal como recoge el comunicado “MinVivienda fija criterios obligatorios para ahorro de agua y energía”.

La reforma específica para viviendas bioclimáticas Colombia en clima cálido se apoyaría sobre ese marco, pero elevando el nivel de exigencia en las zonas más vulnerables.

Zonas donde la bioclimática sería prioritaria

La reforma tendría un foco claro: los departamentos donde el calor extremo ya está superando la capacidad de adaptación urbana.

Caribe colombiano

Cartagena, Sincelejo, Montería y Valledupar serían el laboratorio natural. Aquí los techos metálicos sin aislamiento y las fachadas sin sombra se han convertido en símbolo del sobrecalentamiento urbano y de la isla de calor en barrios densos.

Llanos Orientales

En Villavicencio y Yopal, la humedad combinada con altas temperaturas golpea especialmente a la vivienda social, donde apenas existen soluciones de sombra o ventilación profunda. La arquitectura pasiva puede reducir drásticamente la necesidad de aire acondicionado y aliviar la carga sobre una red eléctrica ya tensionada.

Tolima y Huila

Ciudades como Girardot y Neiva alcanzan sensaciones térmicas superiores a los 42 °C durante la temporada seca. En estos territorios, el diseño bioclimático deja de ser estética y se convierte en una condición mínima de habitabilidad.

Santander

Barrancabermeja y otras zonas de valle interandino también figuran como prioridad debido a la radiación directa, al efecto combinado de calor y contaminación y al aumento sostenido de consumo eléctrico residencial.

Estas regiones coinciden con los territorios identificados por el IDEAM como de mayor exposición a olas de calor, una tendencia que se intensificará en los próximos veranos.

Un cambio estructural en el sector vivienda

La futura normativa transformaría la forma en que se desarrolla la vivienda social, la vivienda de interés prioritario y los proyectos privados en zonas cálidas. Además, podría empujar a los municipios a integrar estándares bioclimáticos en sus POT y reglamentos urbanos, alineándolos con agendas de adaptación climática.

Este movimiento encaja con tendencias regionales que ya hemos analizado en Habitaro, como las ciudades sostenibles en LATAM, donde la adaptación al clima extremo se ha convertido en eje central de las políticas urbanas. El diseño de envolventes, sombras y vegetación urbana marca la diferencia entre un barrio habitable y un espacio invivible durante las olas de calor.

Conclusión: una oportunidad para convertir el calor en diseño

Si la reforma avanza, Colombia estará dando un paso necesario: pasar de la recomendación técnica a la obligatoriedad en zonas donde el clima ya no permite improvisaciones.

Las viviendas bioclimáticas Colombia no son una moda, sino una estrategia de salud pública, resiliencia energética y justicia climática, especialmente para los hogares de menores ingresos.

Imponer ventilación cruzada, sombras profundas y materiales locales no solo reducirá el consumo eléctrico y la presión sobre la red, sino que puede transformar la calidad de vida en territorios donde el calor extremo ya es un desafío cotidiano. La pregunta no es tanto si el país puede permitirse exigir arquitectura pasiva, sino si puede permitirse seguir construyendo como si el clima no estuviera cambiando.

Preguntas frecuentes sobre viviendas bioclimáticas en Colombia