Magallanes potencia e-fuels: la planta chilena que logró la certificación europea RFNBO

Magallanes impulsa los e-fuels Chile Magallanes con la primera certificación europea RFNBO, un avance que redefine energía, industria y vivienda en Latinoamérica.

Planta Haru Oni de e-fuels en Magallanes, Chile, turbinas eólicas y líneas de transmisión

La planta Haru Oni de HIF Global obtuvo la certificación ISCC EU RFNBO en octubre de 2025, marcando un hito global para la industria de los combustibles sintéticos. Imagen generada por IA.

¿Cómo este proyecto transforma la inversión en energía, infraestructura portuaria y vivienda industrial en LATAM?

En el extremo sur de Chile, donde los vientos soplan con una constancia inusual y el paisaje austral parece infinito, la región de Magallanes se ha convertido en un nuevo polo mundial de energía limpia. Allí se levanta Haru Oni, la planta de e-fuels Chile Magallanes desarrollada por HIF Global, que en octubre de 2025 logró un hito histórico: la certificación europea ISCC EU RFNBO, la primera concedida fuera de la Unión Europea.
Según Offshore Energy, este sello confirma que toda la cadena de producción cumple los estrictos criterios europeos de sostenibilidad y trazabilidad.

El logro marca un punto de inflexión no solo para Chile, sino para toda la industria energética y constructiva de América Latina. La región comienza a atraer inversión en infraestructura, logística y vivienda vinculadas a polos industriales de energía renovable. Además, consolida su posición como actor estratégico frente a la crisis energética europea y el giro global hacia la descarbonización.


Qué significa la certificación RFNBO y por qué es clave para América Latina

La sigla RFNBO (Renewable Fuels of Non-Biological Origin) identifica a los combustibles producidos a partir de energía renovable sin materia biológica. En la práctica, garantiza que el hidrógeno verde se obtiene por electrólisis alimentada por fuentes limpias, sin recurrir a gas ni carbón.
Esto diferencia a los e-fuels de los biocombustibles tradicionales y los posiciona como solución viable para el transporte aéreo y marítimo, donde la electrificación directa aún es limitada.

La certificación ISCC EU RFNBO exige una reducción de emisiones de al menos el 70 % frente a los combustibles fósiles. Además, obliga a demostrar trazabilidad total desde la generación eléctrica hasta la exportación.
Según la nota oficial de HIF Global, la planta Haru Oni ya produce metanol y gasolina sintética a escala piloto, validando su modelo para futuras ampliaciones.

Con este avance, Chile —y especialmente Magallanes— se posiciona como referente mundial en energía de origen renovable y e-combustibles certificados. El país compite hoy con polos europeos como Hamburgo o Rotterdam y abre la puerta a acuerdos bilaterales con Alemania, Japón y Corea del Sur, interesados en importar combustibles neutros en carbono.


Tecnología: viento, agua y CO₂ para fabricar e-combustibles

El corazón de Haru Oni combina cuatro procesos industriales:

  1. Generación eólica: los vientos patagónicos, activos más de 270 días al año, producen la electricidad que alimenta los electrolizadores.
  2. Electrólisis del agua: separa el hidrógeno del oxígeno, generando un insumo puro y renovable.
  3. Captura de CO₂: el dióxido de carbono se obtiene del aire o de fuentes industriales cercanas.
  4. Síntesis de metanol: CO₂ e hidrógeno se combinan en reactores catalíticos para generar e-metanol o e-gasolina.

Este proceso circular, que reutiliza carbono y opera con energía 100 % renovable, constituye el eje de la economía del hidrógeno verde en Chile Magallanes.
Como señaló Ship & Bunker, Porsche AG, socio estratégico del proyecto, planea usar estos combustibles neutros en carbono en parte de su flota deportiva a partir de 2026.

En el plano industrial, la instalación es también una vitrina de innovación para empresas constructoras, ingenierías y fabricantes de componentes eléctricos, que ven en Magallanes un laboratorio para replicar soluciones de infraestructura energética modular en el resto de la región.


Infraestructura y construcción: puertos, carreteras y vivienda industrial

El impacto de Haru Oni va más allá de la energía. La certificación europea ha impulsado nuevas inversiones en infraestructura portuaria, vial y logística en toda la región de Punta Arenas.
Se planifican terminales marítimos especializados para exportar e-combustibles, además de líneas eléctricas y plantas de mantenimiento. Las obras incluyen ampliación de muelles, refuerzo de caminos costeros y nuevas subestaciones eléctricas, lo que genera cientos de empleos directos y una fuerte demanda de materiales y transporte.

Estos proyectos exigen una nueva arquitectura industrial y habitacional. Se necesitan viviendas para técnicos, alojamientos modulares junto a las plantas y equipamientos para trabajadores temporales.
El auge de los polos energéticos en Magallanes recuerda al desarrollo de los distritos energéticos europeos, donde energía y urbanismo avanzan juntos. Un ejemplo puede verse en Distrito energético en Europa, publicado en Habitaro.

El gobierno chileno, además, evalúa incentivos fiscales para fomentar zonas industriales sostenibles en el sur del país, con el fin de atraer empresas de componentes, ingeniería y logística energética.


Impacto inmobiliario: ciudades que crecen junto a la energía limpia

El flujo de inversión extranjera está transformando el mercado local. En Magallanes ya se proyectan viviendas de obra industrial, hoteles técnicos y parques logísticos con altos estándares de eficiencia.
Los municipios ajustan sus planes reguladores para acompañar el crecimiento y evitar desorden urbano. A la vez, los promotores ensayan modelos mixtos que combinan vivienda temporal y permanente.

Fenómenos similares surgen en otras regiones latinoamericanas impulsadas por energías limpias. Así lo muestra Boom de energías renovables en Latinoamérica 2025, donde se observa cómo la transición energética genera empleo y dinamiza la construcción.
La relación entre energía, territorio y vivienda es ya una realidad económica más que una promesa ambiental. En este contexto, los e-fuels Chile Magallanes demuestran que los proyectos de energía pueden convertirse también en catalizadores de desarrollo urbano.


Perspectivas 2026–2030: expansión de los e-fuels en LATAM

Según la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), América Latina podría cubrir hasta una cuarta parte de la demanda mundial de hidrógeno verde para 2030, si consolida infraestructura y políticas estables (OLADE).
Chile lidera la región, seguido de Argentina, Uruguay y Brasil, que desarrollan proyectos en sus zonas australes y atlánticas.

Entre 2026 y 2030, Magallanes espera multiplicar por cinco su capacidad actual. Se prevé alcanzar producción industrial suficiente para exportaciones regulares hacia Europa.
El desafío será ampliar la infraestructura eléctrica y portuaria sin comprometer los ecosistemas australes. También será esencial promover vivienda sostenible e infraestructura de servicios que acompañen el crecimiento.

La próxima década definirá si Latinoamérica logra consolidarse como exportadora neta de e-fuels. De conseguirlo, transformará su economía industrial y reducirá su dependencia de combustibles fósiles, al tiempo que generará empleo cualificado y vivienda digna en regiones extremas.


Conclusión: Magallanes y el renacer energético de América del Sur

La certificación RFNBO es mucho más que un sello técnico: representa un reconocimiento internacional a la innovación latinoamericana.
Con Haru Oni, Chile demuestra que la ingeniería, la energía limpia y la planificación urbana pueden integrarse en una misma visión.
El modelo de los e-fuels Chile Magallanes anticipa cómo la transición energética generará empleo, infraestructura y vivienda en toda la región.
En este escenario, la arquitectura, la ingeniería industrial y la sostenibilidad convergen para construir un nuevo mapa energético en el continente.


Preguntas frecuentes sobre e-fuels Chile Magallanes

¿Qué requisitos exige la certificación RFNBO?

El hidrógeno debe producirse con energía renovable y reducir al menos un 70 % de las emisiones frente al combustible fósil. También requiere trazabilidad completa de la electricidad usada en el proceso.

¿Cuándo se espera que Haru Oni opere a escala comercial?

La planta piloto produce desde 2023. Tras la certificación RFNBO, su expansión industrial se prevé entre 2026 y 2028, con exportaciones de e-gasolina a Europa.

¿Qué oportunidades inmobiliarias genera este tipo de proyectos?

El crecimiento de los polos energéticos impulsa la demanda de vivienda industrial y de servicios. En Magallanes ya se desarrollan residencias modulares y parques logísticos vinculados a la nueva economía del hidrógeno verde.

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