Ciudades inesperadas con boom inmobiliario: la razón oculta por la que todos apuntan a Santa Marta (y otras más)
El Caribe colombiano y el interior mexicano esconden un fenómeno común: el auge inmobiliario en ciudades intermedias que desafían a las grandes capitales.

Santa Marta, ejemplo real del auge inmobiliario en ciudades intermedias turísticas. Photo by Luis Quintero.
Durante años, las grandes capitales latinoamericanas concentraron la inversión inmobiliaria. Sin embargo, hoy son las ciudades inesperadas con boom inmobiliario —más pequeñas, turísticas y sostenibles— las que atraen a inversores y promotores en busca de calidad de vida y rentabilidad.
La razón oculta detrás de este fenómeno es simple y poderosa: la convergencia entre turismo, estilo de vida y rentabilidad sostenida. Y el caso de Santa Marta (Colombia) es el ejemplo perfecto de cómo una ciudad costera, antes secundaria, se transforma en epicentro del auge inmobiliario regional.
De capitales saturadas a ciudades intermedias con boom inmobiliario
El mercado inmobiliario latinoamericano vive un reequilibrio estructural. Según los análisis publicados por Habitaro, los inversores están migrando hacia ciudades intermedias con proyección turística o industrial, donde los precios del suelo siguen siendo competitivos y la calidad urbana mejora.
Este cambio responde a varios factores:
- La democratización del teletrabajo permitió vivir lejos de las grandes urbes.
- El turismo residencial —segundas viviendas o alquileres vacacionales— se consolidó como activo rentable.
- Las infraestructuras regionales (aeropuertos, autopistas, fibra óptica) conectan ciudades antes periféricas.
Así, el mapa de oportunidades se amplía. Y es en ese contexto donde Santa Marta emerge como una de las ciudades inesperadas con boom inmobiliario más notorias de América Latina.
Santa Marta: del turismo clásico al auge inmobiliario
Pocas ciudades latinoamericanas combinan tanto atractivo natural y potencial urbano. Santa Marta reúne playas caribeñas, montaña (la Sierra Nevada), parques naturales y un centro histórico en transformación. Pero lo que más sorprende es el dinamismo de su mercado inmobiliario turístico y residencial.
Según el portal The LatInvestor, el precio medio por metro cuadrado en 2025 ronda los 7,3 millones de pesos colombianos, con un crecimiento acumulado del 59 % desde 2022. Además, la renta de un apartamento de 85 m² amoblado en zona premium alcanza los 2,9 millones de pesos mensuales, lo que refleja una rentabilidad bruta nacional promedio del 6,9 %, según Global Property Guide.
Lo más relevante es que Santa Marta no depende solo del turismo: su auge inmobiliario se apoya también en proyectos VIS y no VIS, lo que amplía el espectro de compradores. En barrios como El Rodadero, Pozos Colorados y Bello Horizonte florecen condominios frente al mar, mientras que en el centro histórico se restauran edificios patrimoniales para vivienda turística sostenible.
Como destaca la promotora Campos Saab Inmobiliaria, la ciudad lidera en Colombia la oferta de vivienda vacacional certificada en eficiencia energética, con diseños adaptados al clima y materiales de bajo impacto ambiental. Un argumento que atrae tanto a inversores como a compradores conscientes.
Mérida y Querétaro: el auge inmobiliario en ciudades turísticas mexicanas
El fenómeno no se limita a Colombia. En México, Mérida (Yucatán) y Santiago de Querétaro son ejemplos claros de ciudades intermedias con auge inmobiliario sostenido.
En Mérida, el precio promedio alcanza los 26 267 MXN/m² (≈ USD 1 400/m²), con una subida del 25 % entre 2022 y 2025, según Global Property Guide. Su clima, seguridad y cercanía a la costa la han convertido en refugio de familias, jubilados y nómadas digitales.
Por su parte, en Querétaro, el metro cuadrado ronda los 24 548 MXN/m² (≈ USD 1 314/m²) y los alquileres ofrecen rendimientos de hasta 8 % anual, de acuerdo con The Querétaro Post. La ciudad se beneficia del nearshoring y de un modelo urbano en expansión que combina industria, servicios y vivienda de calidad.
Ambas urbes demuestran que el “boom” no depende solo del mar: basta con infraestructura, estabilidad y un estilo de vida atractivo para detonar la valorización inmobiliaria.
La razón oculta detrás del auge inmobiliario en ciudades turísticas
¿Qué tienen en común Santa Marta, Mérida o Querétaro? Todas comparten cuatro factores estructurales que explican por qué son hoy las ciudades inesperadas con boom inmobiliario:
- Turismo o entorno de calidad de vida consolidado.
Ya sea por su playa, clima o seguridad, son ciudades donde la gente quiere vivir o vacacionar. - Accesibilidad y precios de entrada bajos.
Ofrecen valores por m² todavía moderados frente a grandes metrópolis o destinos saturados como Cancún o Cartagena. - Infraestructura en expansión.
Nuevos aeropuertos, autopistas y centros logísticos impulsan la conectividad y atraen inversión. - Cambio en el perfil de comprador.
Ya no se trata solo de residentes locales: los nuevos compradores son inversores, profesionales remotos y extranjeros que buscan diversificar su patrimonio.
La combinación de estos factores crea un mercado híbrido, donde la vivienda es tanto un hogar como un activo financiero. Ese equilibrio es el auténtico motor del auge.
Riesgos y sostenibilidad: el reto de no repetir errores
El crecimiento acelerado de las ciudades intermedias plantea desafíos que el sector no puede ignorar.
Sin planificación urbana, los riesgos de gentrificación, presión sobre el suelo o déficit de servicios básicos son reales.
De ahí la importancia de que la expansión inmobiliaria incorpore criterios de sostenibilidad y circularidad. Como se explica en el artículo de Habitaro sobre economía circular en la construcción, los nuevos desarrollos deben priorizar materiales reciclables, eficiencia energética y modelos de movilidad sostenible.
Santa Marta y Mérida ya experimentan con certificaciones ambientales en sus proyectos turísticos, lo que podría marcar un camino hacia un urbanismo más responsable y competitivo.
Conclusión: la nueva geografía del auge inmobiliario
El auge de ciudades inesperadas con boom inmobiliario refleja un cambio profundo en la forma en que vivimos y construimos. Santa Marta, Mérida y Querétaro son la prueba de que el futuro del sector no está solo en las metrópolis, sino en los territorios intermedios con identidad, calidad de vida y visión sostenible.
La “razón oculta” no es un misterio: es el resultado de la convergencia entre turismo, inversión y tecnología, sumada a una creciente conciencia ambiental. Quien logre equilibrar rentabilidad y sostenibilidad definirá la próxima década del mercado inmobiliario latinoamericano.
Preguntas frecuentes sobre el auge inmobiliario en ciudades intermedias
Porque son urbes medianas —no capitales— que, de forma sorpresiva, registran altas tasas de crecimiento en precios, demanda y construcción. Su atractivo combina turismo, costos accesibles y calidad de vida.
Según Global Property Guide y The LatInvestor, la rentabilidad bruta en ciudades intermedias puede oscilar entre el 6 % y el 8 %, superando a mercados maduros como Bogotá o CDMX, donde los retornos suelen ser menores por saturación.
Sí, siempre que se elijan zonas con planeación urbana y demanda real. El turismo estable y la mejora de infraestructuras respaldan la inversión, pero conviene evaluar riesgos ambientales y normativos.
Cada vez mayor. Proyectos como los de Santa Marta incorporan eficiencia energética y materiales sostenibles, alineándose con los criterios ESG que exigen los inversores globales.
