Infonavit ahora construye casas: ¿salvavidas habitacional u otro elefante blanco?

Vista aérea realista de viviendas sociales construidas por el Infonavit en México

Ejemplo de conjunto habitacional del Infonavit en México, generado con IA para Habitaro.

Por primera vez en su historia, el Infonavit construye viviendas propias. El instituto, que durante más de cinco décadas se dedicó exclusivamente a otorgar créditos hipotecarios, ahora se convierte también en desarrollador directo de vivienda social. Una medida ambiciosa que busca abatir el rezago habitacional, pero que también despierta inquietudes sobre su viabilidad y los riesgos de repetir errores del pasado.

Este cambio estructural ocurre en un momento clave: los precios de la vivienda aumentaron más de un 12 % anual en zonas metropolitanas, mientras que los salarios apenas crecieron un 6 %. Miles de trabajadores con crédito aprobado no encuentran casa disponible dentro de los rangos de precio autorizados por el Infonavit. De ahí la urgencia de que el instituto intervenga directamente en la oferta.


Un giro inédito: del crédito a la construcción directa

El cambio no es menor: el instituto podrá diseñar, construir y vender viviendas propias, a precios por debajo del mercado, según informó El Economista en un reportaje sobre la creación de la nueva filial constructora. La iniciativa marca un giro histórico al incorporar al Infonavit como actor directo en la producción de vivienda social, con el objetivo de ofrecer hogares más asequibles para los trabajadores de bajos ingresos.

“El Infonavit se convertirá en un desarrollador con responsabilidad social, que no busca lucro, sino acceso a vivienda para todos”, destacó su director general. Este nuevo enfoque implica que el organismo público asuma funciones que antes estaban reservadas a constructoras privadas, lo que redefine su papel en el ecosistema habitacional mexicano.

Para la industria de la construcción, la noticia genera expectativas y cautela. Grandes desarrolladoras ven en este modelo un posible aliado, pero pequeñas constructoras temen quedar fuera de los procesos de licitación. El reto será encontrar un equilibrio que permita cooperación público-privada sin desplazar a los actores tradicionales del mercado.


Déficit habitacional y suelo inaccesible: las razones detrás del cambio

México enfrenta un déficit habitacional que supera los ocho millones de viviendas, según estimaciones oficiales. El problema no es solo la falta de construcción, sino la mala localización del suelo urbano y el encarecimiento de los terrenos en zonas con servicios.

Tal como explicó El País en su análisis sobre las claves de la reforma, el organismo planea utilizar reservas territoriales, coordinarse con los gobiernos estatales y ajustar su estructura de gobernanza para acelerar la oferta habitacional. Esta estrategia busca romper el círculo vicioso del alto costo del suelo y ampliar la cobertura en regiones donde el mercado privado no llega.

Además, los primeros proyectos piloto se ubicarán en municipios medianos, con modelos que priorizan densificación, equipamientos y cercanía al transporte público. El objetivo es construir comunidades completas, no solo conjuntos habitacionales aislados.
Fuentes del sector aseguran que la prioridad será impulsar vivienda vertical con criterios de sostenibilidad y uso eficiente del suelo, algo que el Infonavit aún no había abordado en su historia reciente.


Riesgos del nuevo modelo: burocracia, competencia y memoria histórica

Aunque el Infonavit construye viviendas para atender un segmento desatendido, expertos advierten sobre los riesgos del nuevo modelo. Si no hay controles de costos y supervisión técnica, el programa podría convertirse en una bomba de tiempo, advirtieron especialistas consultados por El Financiero.

La historia del instituto ofrece lecciones valiosas: los conjuntos habitacionales construidos entre los años setenta y noventa, también impulsados por el Estado, terminaron con problemas estructurales y en algunos casos en el abandono. Para evitar repetir ese escenario, el nuevo Infonavit deberá apostar por la transparencia, la planeación urbana y la sostenibilidad, colaborando con el sector privado y los municipios.

Otro riesgo está en la gestión financiera. El Infonavit administra fondos de los trabajadores que cotizan en el IMSS, por lo que cualquier desviación o mal manejo puede tener implicaciones sociales y políticas. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de que el nuevo modelo se base en auditorías independientes, control de calidad y procesos licitatorios abiertos.


Comparativa regional: lecciones desde Chile, Brasil y Colombia

El giro del Infonavit no es un caso aislado en la región. Chile ha impulsado un modelo de subsidios públicos combinado con participación privada a través del Ministerio de Vivienda, lo que ha permitido crear barrios mixtos y bien conectados. Colombia, por su parte, aplica el programa Mi Casa Ya, que canaliza recursos estatales mediante promotores privados y cooperativas locales. En Brasil, el plan Minha Casa, Minha Vida consolidó un esquema público-privado que logró millones de viviendas construidas con apoyo financiero federal.

El reto mexicano será adoptar las mejores prácticas de estos países para lograr un equilibrio entre eficiencia pública y sostenibilidad económica.
Como se analizó en el artículo de Habitaro Vivienda asequible en México 2026: retos y estrategias, el verdadero problema no está solo en el financiamiento, sino en el acceso a suelo bien localizado y políticas urbanas coordinadas.
Asimismo, la experiencia del alquiler social en Chile demuestra que la colaboración entre Estado y mercado es esencial para garantizar viviendas sostenibles y accesibles a largo plazo.

Además, los países que han tenido éxito en la vivienda social han incorporado innovaciones tecnológicas y materiales sustentables: paneles prefabricados, impresión 3D de concreto y sistemas modulares que reducen tiempo y costo. México podría incorporar estas soluciones para hacer viable la estrategia del Infonavit sin comprometer calidad ni presupuesto.


Viabilidad económica y social: ¿puede el Infonavit competir con los privados?

El programa piloto destinará 8 000 millones de pesos a la edificación de 15 000 unidades habitacionales en 2025. La hoja de ruta oficial, descrita en el Plan Estratégico y Financiero 2025 del Infonavit, prevé compras centralizadas de materiales, esquemas de industrialización ligera y precios de venta hasta un 20 % inferiores al promedio del mercado.

El modelo busca generar ahorros mediante economías de escala y garantizar viviendas sostenibles, accesibles y mejor ubicadas. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad del organismo para coordinarse con gobiernos locales, constructoras regionales y cooperativas, evitando convertirse en un aparato burocrático costoso.

El desafío es doble: construir con calidad y rapidez, pero también mantener la confianza de los trabajadores que financian al instituto. Para muchos analistas, esta nueva etapa del Infonavit podría servir como laboratorio urbano para replantear la política habitacional mexicana bajo criterios de equidad, eficiencia y sostenibilidad.


Conclusión: Infonavit construye viviendas, ¿modelo sostenible o temporal?

La decisión de que el Infonavit construye viviendas propias abre una etapa inédita para la política habitacional mexicana. Si logra equilibrar eficiencia, calidad y sostenibilidad, podría convertirse en un ejemplo regional de gestión pública moderna.

Sin embargo, su éxito dependerá de mantener transparencia y colaboración con el sector privado. La vivienda social no puede concebirse como un fin político, sino como un derecho urbano.
El tiempo dirá si este nuevo modelo Infonavit 2025 será el punto de inflexión hacia un México más habitable o si, una vez más, terminará convertido en otro elefante blanco.


Preguntas frecuentes sobre el nuevo modelo del Infonavit

¿Cuándo empezará el Infonavit a construir viviendas propias?

El plan piloto inicia en 2025 en al menos cinco estados, con inversión inicial y primeras entregas previstas para 2026.

¿Qué tipo de vivienda construirá el Infonavit?

Se enfocará en vivienda económica y social, con criterios de sostenibilidad, materiales durables y cercanía a servicios básicos.

¿Cómo afectará este modelo a los desarrolladores privados?

Podría generar competencia en el segmento de vivienda económica, aunque se espera que complemente la oferta privada más que sustituirla.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *