Energía con «licencia social»: la pieza que puede acelerar (o frenar) los nuevos parques en La Guajira

La Guajira sopla con fuerza, pero no despega. Los parques eólicos que prometían transformar la energía en Colombia están atrapados entre el viento y el consenso que nunca llega.

Aerogeneradores en el paisaje árido de La Guajira, Colombia, símbolo de la consulta previa en proyectos eólicos 2025.

Imagen generada por IA. Aerogeneradores al atardecer en el desierto de La Guajira, epicentro del desarrollo eólico colombiano y del debate sobre la consulta previa.

La península de La Guajira sopla con fuerza, pero sus turbinas aún no giran al ritmo esperado. Colombia posee uno de los mayores potenciales eólicos de la región, con más de 2 GW proyectados. Sin embargo, gran parte de esa energía sigue detenida por un obstáculo menos técnico que cultural: la consulta previa proyectos eólicos Colombia, un proceso clave para obtener la licencia social en los territorios indígenas.

La clave, admiten Gobierno y empresas, es pasar de la promesa a los acuerdos verificables y de largo plazo, en sintonía con una transición energética en Latinoamérica que ya marca el paso en el continente y que busca equilibrar tecnología, sostenibilidad y derechos.


La Guajira: el motor del viento que aún no despega

El departamento es el epicentro del giro renovable colombiano. Según la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), existen 17 proyectos renovables con licencia, la mayoría eólicos, que suman más de 2 GW de capacidad instalada. Sin embargo, solo dos están actualmente en operación.

La estatal Ecopetrol, junto con socios internacionales, lidera la estrategia para diversificar su matriz energética mediante la energía eólica en La Guajira. Uno de sus proyectos más emblemáticos es Windpeshi, con 205 MW previstos para operación hacia 2028. Según Reuters, la petrolera ve en esta región su eje estratégico de descarbonización. En Habitaro ya analizamos cómo el Parque eólico Windpeshi: energía y consulta indígena en Colombia se ha convertido en caso test para entender por qué la licencia social puede marcar el éxito o el fracaso de un proyecto energético.

La línea de transmisión Colectora, impulsada por el Grupo de Energía de Bogotá, será clave para conectar los parques eólicos con el Sistema Interconectado Nacional. Pero el retraso en su construcción y las demoras sociales mantienen el potencial de La Guajira parcialmente inmovilizado.

“El viento está listo, la tecnología también; lo que falta es que los acuerdos sociales soplen en la misma dirección”, señaló recientemente un portavoz del Ministerio de Minas y Energía, en referencia al desafío de acelerar sin imponer.


Consulta previa: el cuello de botella de la transición energética

La consulta previa es un derecho constitucional y una obligación internacional derivada del Convenio 169 de la OIT. Cualquier proyecto que impacte territorios de pueblos étnicos debe garantizar un proceso libre, previo e informado. Este mecanismo asegura que la transición energética se realice con justicia social. En la práctica, se ha convertido en un cuello de botella que condiciona la ejecución de inversiones millonarias.

En La Guajira habita el pueblo Wayúu, con un fuerte vínculo territorial y estructuras tradicionales de decisión. Muchos parques eólicos atraviesan sus resguardos o zonas de influencia cultural. Esto exige un diálogo intercultural complejo, que requiere tiempo, intérpretes y acuerdos comunitarios.

En 2025, el Ministerio del Interior protocolizó acuerdos de consulta con comunidades Wayúu y la empresa Celsia Colombia para los parques Camelia 1 y Camelia 2. Los procesos incluyeron interpretación en lengua wayuunaiki y medidas de compensación ambiental y social. Sin embargo, otros desarrollos, como el parque E200 de EPM, permanecen suspendidos por falta de consenso territorial.

El resultado es claro: sin licencia social no hay transición energética real. Los permisos técnicos pierden valor si el territorio no los valida. Y ahí radica el punto crítico: la consulta previa proyectos eólicos Colombia no solo determina tiempos y permisos, sino también la confianza entre Estado y comunidades.


Nuevo régimen ambiental: acelerar sin saltarse la consulta

Ante el estancamiento, el Gobierno lanzó un paquete de 19 medidas interinstitucionales para destrabar proyectos renovables, según PV Magazine Latam. Entre ellas destaca la creación de la Licencia Ambiental Eólica (LAEólica). Este nuevo régimen busca acortar plazos de evaluación ambiental para parques de 10 a 100 MW sin eliminar salvaguardas sociales.

El Ministerio de Ambiente explicó que la iniciativa pretende “impulsar una transición energética justa, con eficiencia y participación comunitaria”. El Plan Nacional de Transición Energética Justa propone integrar a las comunidades desde la fase de diseño. La meta es que la participación deje de ser una formalidad y se convierta en una herramienta estructural del desarrollo energético.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) respalda programas de energía sostenible e inclusión social en Colombia. El organismo busca articular financiamiento verde con proyectos socialmente aceptados. El BID advierte que “la sostenibilidad de la transición depende de la gobernanza local y de beneficios concretos para las comunidades”.

El nuevo marco apunta en la dirección correcta, pero sigue en fase de implementación. La LAEólica continúa en consulta pública. Su éxito dependerá de que la agilización administrativa no sacrifique la legitimidad social ganada con años de diálogo.


Impacto económico y social: una oportunidad que no puede perderse

El desarrollo de los parques eólicos en La Guajira representa una oportunidad económica estructural para una de las regiones más pobres del país. La construcción de infraestructura eléctrica genera empleo local, demanda servicios logísticos y dinamiza el comercio regional.

A mediano plazo, los proyectos también podrían impulsar vivienda y servicios básicos en comunidades que hoy carecen de ellos. Según el Ministerio de Energía, cada 100 MW instalados generan hasta 1.200 empleos directos e indirectos.

Los expertos coinciden en que, si los procesos sociales avanzan con transparencia, los beneficios podrían extenderse más allá del sector energético. Esto permitiría mejorar la conectividad vial, fortalecer la educación técnica local y fomentar la vivienda sostenible. Todo esto depende del avance real de la consulta previa proyectos eólicos Colombia, sin la cual los beneficios seguirán estancados.


Mirar al sur: lecciones de Chile y Brasil

Otros países latinoamericanos ofrecen ejemplos de cómo conciliar velocidad y legitimidad en la transición energética. En Chile, el Estado estableció marcos claros de participación anticipada con comunidades mapuches. Esto ha permitido que proyectos como el parque eólico Cabo Leones funcionen sin conflictos prolongados. En Brasil, el programa Energia do Vento combina licitaciones públicas con planes de inversión local obligatoria en educación y salud.

Colombia, con su experiencia multicultural y diversidad territorial, puede aprender de ambos modelos. Una consulta previa bien planificada no retrasa, sino que asegura el futuro del proyecto.


Conclusión

El viento de La Guajira puede marcar el rumbo energético de Colombia. Pero solo si se consolida la consulta previa proyectos eólicos Colombia como una verdadera alianza entre comunidades, empresas y Estado.

La energía eólica en La Guajira no debe verse como un obstáculo, sino como una oportunidad para construir confianza, inversión y desarrollo sostenible. En el equilibrio entre progreso y territorio se juega el futuro energético del país. Sin consulta previa efectiva, no habrá transición energética justa.


Preguntas frecuentes

¿Qué es la consulta previa y por qué afecta a los proyectos eólicos?

Es un proceso participativo que garantiza el derecho de los pueblos indígenas y comunidades étnicas a decidir sobre proyectos que afecten sus territorios. En el caso de los proyectos eólicos en Colombia, sin completar esta fase no se pueden ejecutar obras ni obtener licencias definitivas.

¿Cuántos parques eólicos hay en desarrollo en La Guajira?

Según la ANLA y el Minenergía, existen 17 proyectos con licencia ambiental, equivalentes a más de 2 GW de potencia instalada. Solo dos están en operación. Otros permanecen en construcción o en consulta previa por desacuerdos territoriales y retrasos logísticos.

¿Qué propone el nuevo régimen ambiental colombiano para acelerar los proyectos?

El borrador de Licencia Ambiental Eólica (LAEólica) busca simplificar plazos y mejorar la coordinación interinstitucional para proyectos medianos, sin omitir la consulta previa. Además, el Gobierno trabaja en la línea de transmisión Colectora y en programas de formación ambiental comunitaria para garantizar una transición energética justa.

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