Certificaciones WELL y Fitwel en viviendas: cómo lograr un edificio saludable

Cada vez más promotoras y comunidades de vecinos buscan certificar sus edificios con sellos como WELL o Fitwel. Estas certificaciones, centradas en la salud y el bienestar, están transformando el modo en que entendemos el confort residencial: luz natural, aire limpio, silencio y equilibrio térmico son ahora tan importantes como la eficiencia energética.

certificaciones WELL y Fitwel en viviendas saludables

Arquitectura saludable certificada con WELL y Fitwel.

WELL y Fitwel: los sellos que evalúan cómo vivimos

Imagina un edificio que no solo ahorra energía, sino que también mejora tu sueño, tu concentración y tu estado de ánimo. Esa es la promesa de las certificaciones WELL y Fitwel en viviendas, dos estándares internacionales que evalúan la salud y el bienestar de los ocupantes.

Ambas surgen de una idea sencilla pero revolucionaria: si pasamos el 90 % del tiempo en espacios interiores, el diseño de esos espacios tiene un impacto directo en nuestra salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya reconoce el entorno construido como un determinante fundamental de la salud pública.

En España, aunque estas certificaciones comenzaron en el ámbito de oficinas y hospitales, cada vez más promociones residenciales y comunidades de vecinos apuestan por obtenerlas, integrándolas en proyectos de rehabilitación o de obra nueva.


Qué miden las certificaciones WELL y Fitwel

Tanto WELL como Fitwel utilizan criterios objetivos para evaluar el bienestar, pero con enfoques diferentes:

  • WELL Building Standard, desarrollado por el International WELL Building Institute (IWBI), mide 10 categorías: aire, agua, nutrición, luz, movimiento, confort térmico, sonido, materiales, mente y comunidad.
  • Fitwel, impulsado por el U.S. Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y la General Services Administration (GSA), es un sistema más flexible, con 55 estrategias puntuables.

En ambos casos, el objetivo es promover entornos más saludables, tanto física como mentalmente. Por ejemplo, WELL exige ventilación controlada, niveles de CO₂ por debajo de 800 ppm, filtración HEPA, y control lumínico circadiano. Fitwel, por su parte, valora aspectos como la accesibilidad a zonas verdes o la promoción de la actividad física mediante escaleras visibles y cómodas.

Puedes consultar los criterios oficiales en las webs de WELL Building Institute y Fitwel, donde también se muestran casos de estudio certificados a nivel global.



Por qué importan estas certificaciones en vivienda

Hasta hace poco, hablar de salud en vivienda sonaba abstracto. Sin embargo, los efectos del confort térmico, la ventilación o la iluminación sobre la salud mental y física están sobradamente demostrados.

Un informe del Harvard T.H. Chan School of Public Health concluyó que las personas que viven en entornos bien ventilados y con buena luz natural mejoran su rendimiento cognitivo hasta un 26 % respecto a quienes habitan en espacios sin esas condiciones.

En este contexto, la certificación WELL se ha convertido en un nuevo símbolo de calidad inmobiliaria. En España, ya existen proyectos residenciales certificados, como AQ Acentor Living Madrid Río o el complejo Nature Habitat by Kronos Homes, que incorporan materiales saludables, sistemas de purificación de aire y control lumínico natural.

Además, varias promotoras han detectado que estos estándares aumentan el valor de venta o alquiler y mejoran la percepción del usuario. Según CBRE, los edificios con certificación de bienestar pueden obtener hasta un 8 % más de rentabilidad y reducir la rotación de inquilinos.


Cómo lograr una certificación WELL o Fitwel

Para obtener cualquiera de estos sellos, el proceso comienza con el registro del proyecto y una auditoría inicial. Después, se realiza una verificación en obra mediante sensores, análisis de aire, luz, agua y confort acústico.

  • En el caso de WELL, se necesita un WELL Accredited Professional (WELL AP) que acompañe al equipo de diseño y ejecute los procedimientos de medición.
  • En Fitwel, el proceso es más sencillo y económico: los propios técnicos o arquitectos pueden autogestionar la evaluación a través de la plataforma digital de la organización.

El coste varía según el tamaño del edificio, pero en general Fitwel es un 40 % más económico y está pensado para proyectos de vivienda colectiva o rehabilitaciones medianas, mientras que WELL apunta a proyectos premium o de gran escala.

En ambos casos, los criterios pueden integrarse desde el diseño inicial o aplicarse parcialmente en rehabilitación, especialmente en comunidades de propietarios que apuesten por mejorar la calidad ambiental interior (IAQ).


Beneficios reales para los residentes

Certificar un edificio con WELL o Fitwel no es solo una cuestión de marketing. Los beneficios medibles son claros:

  1. Mejora de la calidad del aire interior, gracias a filtración avanzada y control de partículas.
  2. Ahorro energético indirecto, por sistemas de ventilación eficientes y gestión de luz natural.
  3. Reducción de enfermedades respiratorias y fatiga ocular.
  4. Mayor bienestar psicológico, gracias a entornos luminosos, silenciosos y con temperatura estable.
  5. Valor añadido inmobiliario, por la percepción de “vivienda premium saludable”.

Además, estas certificaciones son compatibles con otras como BREEAM o LEED, que evalúan sostenibilidad ambiental, lo que permite un enfoque integral. Puedes ver esa comparativa en el artículo de Habitaro sobre las diferencias entre BREEAM, LEED y VERDE, que explica cómo se complementan entre sí.


Un nuevo paradigma: del edificio eficiente al edificio saludable

Lo que antes se consideraba “sostenible” ya no basta. Un edificio puede ser eficiente energéticamente y, sin embargo, tener aire viciado, ruido constante o falta de luz natural.

El nuevo paradigma arquitectónico se centra en el bienestar humano. Los sellos WELL y Fitwel son, en ese sentido, el puente entre sostenibilidad técnica y bienestar personal.

La tendencia apunta a que en los próximos años la certificación WELL Core & Shell se incorpore en la mayoría de promociones residenciales de gama media-alta en España, especialmente en proyectos gestionados por promotoras con fondos internacionales.

Y no se trata solo de lujo: la normativa europea y el Código Técnico de la Edificación están empezando a alinearse con criterios de confort, calidad del aire y salud ambiental, lo que acercará este tipo de certificaciones a más ciudadanos.



Mirando al futuro

En un contexto de cambio climático, contaminación urbana y aumento de patologías asociadas al estrés, los edificios saludables dejarán de ser una tendencia para convertirse en una necesidad.

WELL y Fitwel no son modas: son herramientas que permiten medir y garantizar lo que de verdad importa en una vivienda. No solo el consumo, sino cómo nos hace sentir vivir en ella.


Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Cuál es la diferencia principal entre WELL y Fitwel?
WELL es más exhaustiva y técnica; Fitwel es más flexible y accesible para proyectos pequeños.

¿Cuánto cuesta certificar un edificio residencial con WELL o Fitwel?
Depende del tamaño y la fase del proyecto. WELL puede superar los 25 000 €, mientras Fitwel ronda los 8 000 – 10 000 €.

¿Se puede aplicar en edificios existentes?
Sí. Ambas certificaciones contemplan programas de mejora y auditorías parciales en rehabilitación o comunidades de propietarios.

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