Chile aprueba estrategia participativa para ciudades verdes: un nuevo modelo de urbanismo sostenible
Chile acaba de dar un paso decisivo hacia el urbanismo del futuro: una estrategia participativa que promete transformar sus ciudades en espacios más verdes, resilientes y sostenibles. ¿Será este el modelo que marque el camino para toda Latinoamérica?

Santiago impulsa su estrategia de ciudades verdes con parques urbanos y espacios públicos sostenibles.
La reciente aprobación de la estrategia urbana participativa en Chile marca un hito para el desarrollo de ciudades verdes en Chile. Tras superar un proceso de consulta pública con participación ciudadana, académica y técnica, el país avanza hacia un modelo urbano que prioriza la sostenibilidad, la resiliencia y la equidad en el acceso a áreas verdes.
Con este paso, Chile se suma a la tendencia global de urbanismo sostenible, en la que la infraestructura verde y las soluciones basadas en la naturaleza se convierten en pilares centrales de la planificación urbana.
¿Qué es la Estrategia Nacional de Ciudades Verdes en Chile?
La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) en colaboración con el Ministerio del Medio Ambiente y la FAO, busca integrar infraestructura verde en la planificación y el diseño de los territorios urbanos.
El plan pretende garantizar acceso equitativo a parques, corredores ecológicos, techos verdes y soluciones basadas en la naturaleza. Su meta es enfrentar fenómenos como olas de calor, inundaciones y sequías.
En palabras de la ministra de Vivienda, Paulina Saball: “No se trata solo de plantar más árboles, sino de pensar la ciudad como un ecosistema donde la naturaleza esté en el centro de las decisiones urbanas”.
Según la FAO, la propuesta “representa un compromiso con la adaptación al cambio climático y con la mejora de la calidad de vida en las ciudades chilenas”.
La importancia de la participación ciudadana
Uno de los aspectos más destacados del proceso fue su carácter participativo. El anteproyecto se sometió a consulta pública, donde la ciudadanía, organizaciones sociales y universidades aportaron ideas y observaciones.
Este modelo refuerza la gobernanza urbana y asegura que el diseño de las ciudades verdes en Chile no se imponga desde arriba, sino que surja de un diálogo entre instituciones y comunidades.
El urbanista Luis Eduardo Bresciani, expresidente del Colegio de Arquitectos de Chile, señaló que “la clave estará en pasar del papel a la práctica, y en cómo cada municipio incorpora esta visión verde en su planificación local”.
Desde la academia, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile advirtió que el éxito dependerá de crear indicadores medibles y de garantizar financiamiento estable, elementos críticos en políticas urbanas de largo plazo.
Ejes centrales de la estrategia urbana verde
El documento oficial del MINVU detalla varios pilares estratégicos:
- Misión y visión: construir ciudades equitativas, resilientes y sostenibles.
- Infraestructura verde: parques urbanos, bosques urbanos, techos y muros verdes, huertos comunitarios.
- Soluciones basadas en la naturaleza: restauración de suelos, corredores de biodiversidad, gestión natural del agua.
- Gobernanza participativa: coordinación entre niveles de gobierno y sociedad civil.
Más información se encuentra en la plataforma de participación ciudadana del MINVU, que explica principios y etapas de la propuesta.
Urbanismo sostenible en Chile: ejemplos y retos
Aunque esta estrategia es pionera a nivel nacional, Chile ya cuenta con experiencias que anticipan su implementación. El Parque Metropolitano de Santiago funciona como pulmón verde de la capital; Valdivia y Concepción han desarrollado planes de techos verdes en climas urbanos para reducir las islas de calor; y en Antofagasta se promueven huertos urbanos comunitarios ligados a programas educativos.
El reto ahora es escalar estas experiencias. Se necesita financiamiento estable, coordinación entre municipios y medidas que eviten desigualdades territoriales, ya que ciudades del norte presentan menor cobertura vegetal que Santiago.
La arquitecta paisajista Carolina Vergara lo sintetizó así: “Si no logramos que la infraestructura verde llegue a las comunas más vulnerables, corremos el riesgo de crear ciudades de primera y de segunda categoría”.
Perspectiva internacional y vínculo con Latinoamérica
La Estrategia Nacional de Ciudades Verdes conecta con políticas similares en la región. En Colombia, se debate cómo la infraestructura verde y la habitabilidad urbana se convierten en pieza clave para la adaptación al cambio climático. En México, los barrios inteligentes integran huertos comunitarios y gestión hídrica sostenible como parte de su modelo urbano.
Estas experiencias posicionan a Chile como un referente regional en urbanismo sostenible, capaz de aportar soluciones replicables en otros países.
Conclusión: ¿qué impacto tendrán las ciudades verdes en Chile?
La implementación de esta estrategia participativa supone un cambio de paradigma: pasar de un urbanismo centrado en el cemento a un modelo donde la naturaleza se integra en cada etapa de la ciudad.
Si se cumplen las metas planteadas, las ciudades verdes en Chile mejorarán la salud pública, reducirán emisiones y aumentarán la resiliencia climática. Sin embargo, será clave mantener la participación ciudadana, asegurar recursos financieros y establecer indicadores transparentes de evaluación.
Un funcionario del MINVU lo resumió en la presentación oficial: “No basta con planificar ciudades verdes, debemos financiarlas, gestionarlas y mantenerlas con la ciudadanía como protagonista”.
Preguntas frecuentes sobre ciudades verdes en Chile
Son urbes planificadas bajo criterios de sostenibilidad, donde la infraestructura verde y las soluciones basadas en la naturaleza se integran al desarrollo urbano para mejorar la resiliencia climática y la calidad de vida.
Se contemplan parques urbanos, techos verdes, bosques urbanos, huertos comunitarios, corredores de biodiversidad y gestión natural del agua. Además, incorpora un marco de gobernanza participativa.
Porque busca reducir desigualdades en el acceso a áreas verdes, enfrentar fenómenos extremos como olas de calor e inundaciones, y mejorar la salud pública en las ciudades.
A través de la plataforma del MINVU y en seminarios con universidades y organizaciones sociales, enviando observaciones que se incorporaron al documento final.