Acero verde: el material que quiere construir nuestras ciudades sin CO₂

Bobinas de acero verde listas para la industria sostenible

Acero verde en procesos industriales

El acero está en puentes, coches y rascacielos, pero también es responsable de casi un 8 % de las emisiones globales de CO₂. Ahora, un nuevo concepto, el acero verde, promete revolucionar la industria y abrir la puerta a edificios con huella casi nula. ¿Es realmente el futuro o solo una promesa más?


Qué significa hablar de acero verde

Cuando se habla de acero verde no se trata de un único producto, sino de un conjunto de procesos que reducen la huella de carbono frente a la siderurgia tradicional. Existen varias rutas:

  • Hornos eléctricos de arco (EAF) que utilizan chatarra reciclada y electricidad renovable.
  • Reducción directa con hidrógeno verde en lugar de carbón.
  • Captura y utilización de carbono (CCU/CCS) en plantas existentes.

Según la World Steel Association, la combinación de estas tecnologías podría recortar más del 90 % de las emisiones del sector en las próximas décadas.


ArcelorMittal y la iniciativa XCarb

Entre los gigantes que apuestan por este cambio, ArcelorMittal destaca con su programa XCarb®, que reúne todas sus soluciones de acero bajo en carbono. En 2024 vendió 400.000 toneladas de productos de este tipo y prevé crecer en 2025.

  • XCarb Reciclado y Renovable: acero fabricado con más del 75 % de chatarra y energía 100 % renovable.
  • Certificados XCarb: créditos de CO₂ auditados externamente que permiten a los clientes trasladar los ahorros a sus propios balances de sostenibilidad.
  • Fondo de innovación: inversiones en tecnologías emergentes, desde reducción con hidrógeno hasta nuevos métodos de captura de carbono.

En España, las plantas de Sestao y Gijón avanzan hacia una capacidad industrial de producción verde, situando al país en el mapa de la siderurgia descarbonizada.



Otros referentes en la carrera del acero bajo en carbono

Aunque ArcelorMittal es el actor más visible en Europa, no está solo:

  • SSAB (Suecia): con el proyecto HYBRIT ya ha producido las primeras toneladas de acero con hidrógeno.
  • Salzgitter (Alemania): impulsa el programa SALCOS para transformar su producción a base de hornos eléctricos.
  • Nippon Steel (Japón): trabaja en un plan para reducir un 30 % sus emisiones en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.

Este panorama muestra que el acero ecológico ya es una prioridad global, no una tendencia aislada.


Retos y barreras del acero verde

El principal desafío es económico: fabricar acero verde puede costar hasta un 50 % más que el convencional. La clave está en:

  • Políticas públicas que respalden la transición, como el mecanismo CBAM de la Comisión Europea.
  • Demanda real del mercado, con sectores como la automoción o la construcción dispuestos a pagar la prima de sostenibilidad.
  • Disponibilidad de energía renovable y chatarra reciclada, elementos esenciales para mantener una producción competitiva.

Impacto en la construcción sostenible

En edificación, el acero bajo en carbono ya se utiliza en proyectos que aspiran a certificaciones como LEED, BREEAM o Passive House. Incorporarlo no solo reduce las emisiones del ciclo de vida del edificio, sino que mejora su valor en el mercado.

La transición hacia el acero verde también está ligada a la normativa de mantenimiento y reciclaje del acero estructural, como explicamos en detalle en este análisis sobre las claves para construir con futuro



FAQ

Preguntas frecuentes sobre el acero verde

¿Qué es el acero verde?

Es el acero producido con procesos que reducen drásticamente su huella de carbono, como hornos eléctricos con energía renovable o el uso de hidrógeno verde.

¿Por qué el acero es clave en la descarbonización?

Porque la siderurgia genera cerca del 8 % de las emisiones globales de CO₂. Reducir su impacto es esencial para alcanzar los objetivos climáticos.

¿Qué empresas producen acero verde?

ArcelorMittal, SSAB, Salzgitter y Nippon Steel son algunos de los líderes en innovación hacia el acero con bajas emisiones.

¿Cómo afecta a la construcción?

Permite proyectos más sostenibles, facilita certificaciones ambientales y mejora el valor inmobiliario a largo plazo.

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