¿Puede la construcción reducir un 80% su huella de carbono?

Arquitectura modular con madera técnica para minimizar emisiones y acelerar los procesos constructivos
Reducir huella de carbono en construcción ya es posible
Hasta hace poco, pensar en reducir la huella de carbono en construcción un 80% parecía una utopía. Sin embargo, la combinación de nuevos materiales como la madera técnica, metodologías industrializadas y diseño basado en ciclo de vida está cambiando las reglas del juego. Cada vez son más los estudios y proyectos que demuestran que este objetivo es no solo viable, sino necesario.
En este artículo explicamos cómo es posible disminuir las emisiones en obra de forma drástica, qué materiales y sistemas lo permiten y qué ejemplos reales ya lo están aplicando. La sostenibilidad no es una opción: es la base de la construcción del futuro.
¿De dónde viene la huella de carbono del sector?
La construcción es responsable de cerca del 38% de las emisiones globales de CO₂, si sumamos las generadas durante la fabricación de materiales, la fase de obra y el uso de los edificios, según datos del World Green Building Council. Solo el cemento representa alrededor del 8% de todas las emisiones planetarias. Afortunadamente, ya existen iniciativas como el desarrollo de cemento reciclado con cero emisiones promovido por la Universidad de Cambridge, que marcan el camino hacia un uso más sostenible de este material imprescindible.
Reducir este impacto implica actuar sobre dos frentes:
- Emisiones incorporadas: derivadas de materiales como el hormigón o el acero.
- Emisiones operativas: consumo energético durante la vida útil del edificio.
Ambos factores pueden optimizarse aplicando el enfoque de construcción baja en carbono, que incluye materiales renovables, eficiencia energética y diseño bioclimático.
Madera técnica y ciclo de vida: la clave para reducir emisiones
Uno de los cambios más significativos viene del uso de madera técnica estructural (CLT, glulam, LVL), que actúa como sumidero de carbono. Cada metro cúbico de madera almacena entre 700 y 1000 kg de CO₂. Además, su fabricación emite mucho menos que el hormigón o el acero.
Estudios como el realizado en el edificio Madreselva de Woodea muestran que al sustituir hormigón por madera, se reduce un 80% la huella de carbono en la fase de obra. Este ahorro se complementa con:
- Menor uso de agua
- Menos residuos generados
- Obra más limpia y rápida
La madera industrializada permite además un diseño por componentes (DfMA), optimizando el uso de materiales desde el origen y facilitando la trazabilidad ambiental.
¿Y durante la vida útil del edificio?
Reducir huella de carbono en construcción no se limita a la obra. El consumo energético a lo largo de los años es igual o más importante. Aquí entran en juego estrategias como:
- Diseño pasivo (orientación, aislamiento, control solar)
- Uso de energías renovables (paneles fotovoltaicos, geotermia)
- Ventilación mecánica con recuperación de calor
- Electrificación y eliminación de combustibles fósiles
Un ejemplo es el edificio Tomás Bretón, también de Woodea, diseñado para ser CO₂ nulo en todo su ciclo de vida, gracias a su estructura en madera CLT y su consumo casi nulo.
¿Es económicamente viable?
Sí. Aunque en algunos casos hay un ligero sobrecoste inicial (entre un 1 y 5%), este se compensa con:
- Reducción de plazos de obra
- Menores costes energéticos durante el uso
- Acceso a financiación verde y ayudas públicas. La consultora Hands On Impact ha demostrado que el uso de madera y diseño eficiente puede mejorar la rentabilidad total sin comprometer el presupuesto de ejecución material. La clave está en el enfoque global del análisis de ciclo de vida (ACV).
Conclusión: minimizar impacto ambiental en edificación ya no es una opción
La evidencia es clara: reducir huella de carbono en construcción un 80% es técnicamente viable, ambientalmente urgente y cada vez más rentable. Apostar por materiales renovables, industrialización, y diseño eficiente es la única forma de afrontar la crisis climática desde el sector inmobiliario.
La buena noticia es que los ejemplos reales ya existen. Lo importante ahora es escalarlos. Y para eso, necesitamos normativas actualizadas, promotores comprometidos y una ciudadanía informada.
Preguntas frecuentes (FAQ)
Principalmente el cemento y el acero. Su producción es intensiva en energía y emisiones.
Es una herramienta que mide el impacto ambiental de un edificio desde su diseño hasta su demolición, incluyendo materiales, transporte, uso y fin de vida.
Sí. Almacena CO₂, requiere menos energía para su producción y permite estructuras más ligeras y eficientes.