Arquitectura contemporánea en Quito: transformación urbana con diseño de autor

Skyline de Quito con la Basílica del Voto Nacional al centro
Quito está cambiando. Con el cierre del antiguo aeropuerto y la llegada del metro, la capital de Ecuador ha iniciado una transformación urbana que apuesta por la arquitectura contemporánea en Quito, elevando su skyline con nuevos rascacielos firmados por arquitectos de renombre. Torres como IQON, EPIQ o Qorner han convertido su skyline en un laboratorio para la arquitectura internacional, de la mano de figuras como Bjarke Ingels, Moshe Safdie y Jean Nouvel. Pero este impulso también plantea preguntas: ¿es esta verticalidad sin inclusión? ¿Quién se beneficia de este nuevo Quito?
Arquitectura contemporánea en Quito: un nuevo skyline en los Andes
Desde el cierre del aeropuerto de la ciudad en 2013, Quito ha modificado su planificación urbana permitiendo construcciones más altas. Con ello, y el desarrollo del metro, han surgido rascacielos de hasta 40 pisos que redefinen el perfil de la ciudad.
Entre los proyectos más icónicos están:
- IQON, diseñado por Bjarke Ingels Group (BIG): 32 pisos, 130 metros, con fachada pixelada y terrazas verdes. Es el primer edificio del estudio en Sudamérica.
- EPIQ, también de BIG, con un volumen escalonado y materiales sostenibles, fue certificado con EDGE por su eficiencia energética.
- Qorner, de Moshe Safdie, inspirado en Habitat 67: 24 pisos con jardines verticales, terrazas abiertas y paneles solares.
Estas obras han sido promovidas por el desarrollador local Uribe Schwarzkopf, responsable de atraer a estos «starchitects» al contexto quiteño.
Además, otras torres como Unique, OH!, YOO Quito (con diseño de Marcel Wanders) y Gaia completan el portafolio de arquitectura vertical con estilo internacional que está marcando tendencia.
Quito en el mapa: arquitectura contemporánea reconocida internacionalmente
Medios como Financial Times, Monocle, Wallpaper, ArchDaily o Architectural Digest han situado a Quito como una nueva capital arquitectónica emergente en América Latina. Su fusión de modernidad, entorno natural y audacia en el diseño ha captado la atención global.
La iniciativa ha logrado también aumentar la contratación de talento local. Cerca del 10% de los trabajadores de Uribe Schwarzkopf son mujeres, y varios despachos ecuatorianos participan en el desarrollo técnico de estas torres.
Este auge también ha impulsado la realización de exposiciones, ferias y recorridos arquitectónicos en la ciudad, atrayendo turismo cultural y académico.
Arquitectura contemporánea vs gentrificación en Quito
El otro lado de esta transformación es el que afecta a los habitantes tradicionales de la ciudad. Mientras los rascacielos se anuncian como una modernización urbana, muchos cuestionan su accesibilidad económica y el riesgo de gentrificación. El metro ha elevado el valor del suelo, y proyectos de este tipo podrían desplazar a familias de ingresos medios o bajos.
Organizaciones sociales ya han solicitado que se incorporen mecanismos de vivienda mixta o reservada dentro de nuevos desarrollos. Esta tensión entre diseño global e inclusión local plantea una pregunta esencial: ¿puede el urbanismo de autor ser también socialmente sostenible?
La infraestructura verde y habitabilidad urbana puede ofrecer claves para resolver este dilema, combinando calidad arquitectónica con inclusión social.
¿Puede la arquitectura contemporánea en Quito ser replicable en LATAM?
El caso de Quito no es aislado. Muchas ciudades latinoamericanas, como Medellín, Bogotá, Ciudad de México o Lima, enfrentan retos similares de densificación, renovación urbana y atracción de inversión extranjera.
El enfoque quiteño —vertical, denso, arquitectónicamente ambicioso— podría inspirar modelos híbridos de ciudad si se corrige su déficit de accesibilidad y participación ciudadana. La incorporación de estándares de sostenibilidad como EDGE, el uso de materiales locales y la integración con el transporte público son elementos exportables.
Quito está construyendo más que torres: está ensayando un nuevo lenguaje para las capitales andinas.
Materiales sostenibles y diseño bioclimático en la arquitectura contemporánea de Quito
Cada torre representa un enfoque distinto sobre cómo integrar diseño y entorno:
- IQON utiliza hormigón expuesto y jardineras empotradas en cada balcón, lo que permite crear una “fachada viva” que se funde visualmente con el parque La Carolina. El diseño estructural permite vistas cruzadas y ventilación natural, reduciendo el uso de aire acondicionado.
- EPIQ, por su parte, emplea materiales de bajo impacto ambiental y sistemas pasivos de iluminación. La orientación del edificio y la modulación de sus volúmenes permiten una mejor captación solar y menor consumo energético. Su certificación EDGE lo convierte en uno de los edificios más eficientes de Ecuador.
- Qorner, diseñado por Safdie Architects, incorpora jardines verticales y terrazas aterrazadas con vegetación nativa. También cuenta con integración solar en cubierta y reciclaje de aguas grises, lo que lo alinea con los estándares internacionales de sostenibilidad.
Estas estrategias no solo cumplen funciones estéticas, sino que forman parte de una narrativa de arquitectura climáticamente sensible en altura.
Quito y su liderazgo en arquitectura contemporánea latinoamericana
En comparación con otras ciudades de la región, Quito destaca por:
- Apostar por diseñadores globales de primer nivel en múltiples proyectos simultáneos.
- Enfocar el desarrollo en zonas centrales conectadas al metro, evitando la expansión periférica descontrolada.
- Promover normativas de construcción que integran criterios de sostenibilidad (EDGE, LEED).
- Ofrecer una imagen de marca ciudad basada en arquitectura y cultura visual.
Frente a Bogotá o Lima —más centradas en vivienda social o infraestructura vial—, Quito ha apostado por un reposicionamiento simbólico, en el que la arquitectura se convierte en un instrumento de diferenciación territorial, captación de inversión y atracción turística.
Una ciudad entre el diseño y la equidad
Quito avanza en su imagen internacional, pero su reto será traducir esa imagen en bienestar urbano. La arquitectura contemporánea no puede quedarse en la forma: debe convertirse en función social.
El caso de Quito ofrece lecciones replicables para otras ciudades latinoamericanas: planificación integrada, participación ciudadana, regulación inclusiva y apuesta por la excelencia arquitectónica. La ciudad está en una encrucijada: o consolida un modelo icónico pero excluyente, o se convierte en un referente global de verticalidad inclusiva.
❓ Preguntas frecuentes
Estudios internacionales como Bjarke Ingels Group, Jean Nouvel y Moshe Safdie, junto a desarrolladores locales como Uribe Schwarzkopf.
Desde el cierre del aeropuerto en 2013 y con la llegada del metro, se modificó la normativa para permitir mayor densidad y altura, impulsando el crecimiento vertical.
IQON es el primer edificio de BIG en Sudamérica, con 32 pisos, terrazas ajardinadas y diseño pixelado. Marca un hito en arquitectura de autor en la región.
Diversos expertos y colectivos sociales advierten que estos proyectos pueden excluir a los sectores populares si no se incorporan medidas de inclusión residencial.